✧ Después de experimentar el sentimiento de la felicidad con Jungkook, le daba igual como fueran sus tratos hacía él.
Porque después de todo, con Jungkook, siempre sería feliz, o al menos eso era lo que le había prometido.
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El tiempo y los días transcurrieron con una rapidez increíble, llegándose el cumpleaños de TaeHyung, que Seojoon planeo festejarlo con sus viejas amistades y que se suponía que eran de una gran confianza. Porque según él, Seojoon, no quería que nada le hiciera falta al Omega.
El Alfa le había obligado a usar un corto vestido en un suave color claro y el solo pudo obedecer quedándose en silencio mientras se ponía el vestido bajo la atenta mirada del hombre. Más que incómodo había estado.
Cepillo suavemente su cabello mirándose en el espejo, intentando acomodar sus rizos. Soltó lentamente el cepillo cuando por el espejo miro a Park entrar con una caja en sus manos.
Humedeció sus labios sintiéndose brevemente nervioso volviendo a tomar el cepillo y continuar cepillando suavemente su cabello dorado. Mientras que Park lo miraba atentamente recargado en el marco de la puerta cruzado de brazos, con la comisura de sus labios hacia arriba.
Era una obsesión que tenía, ver al bonito Omega cepillarse el cabello hasta que quedará sin enredos. Le encantaba ver la delicada figura de ese bello ser, en aquella silla frente al espejo, fingiendo que su presencia no estaba, ni mucho menos que lo observaba.
Carraspeo acercándose al mueble con el espejo, detrás del Omega, dejo la caja en la base y después sacó un pequeño broche que más bien tenía aspecto de peineta, con la figura de mariposa en tono azul cristalino con destellos plateados. La acomodó delicadamente en unos de los rizos del Omega.
TaeHyung solo podía verse en el espejo sin ninguna expresión y sin nada que decir al respecto. De cualquier manera no tenía nada que decir, siempre le obligaban a cerrar la boca, por el sonido más insignificante que hiciera.
El Alfa acarició suavemente la espalda desnuda del chico, quien inmediatamente al sentir el tacto se tenso —¿Te gustan mis regalos?– preguntó lento en un susurró.
Asintió lentamente observando su reflejo. —Gracias...
—¿Estás feliz?– dudo refiriéndose a el festejo que había organizado.
Guardo silencio por unos cortos segundos aún perdido en su apariencia mirándose al espejo, queriendo deshacerse del miedo que le causaba la presencia oscura que era el hombre. —L-lo estoy... –asintió con su voz temblorosa y débil. —Muchas gracias por festejar m-mi cumpleaños.
Era mentira, debía decir viles mentiras para no recibir un castigo.
Debía fingir que estaba feliz por estar en un lugar que le estaba afectando mentalmente, cuando solamente en su pecho había coraje y rencor. Y que lo contenía con fuerza para no dejarlo escapar.
Hicieron contacto visual y el Alfa extendió la caja al Omega quien dudoso la tomo con una mueca. —¿Qué son?
—Quiero que las uses, –le ordenó abriendo la caja dejándola a la vista del morenito quien frunció rápidamente disgustado, negando mentalmente.
