número cinco

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Todo marchaba bien, suponía él

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Todo marchaba bien, suponía él...
Ya que su compañero no le molestó más, solo le miraba realmente mal y se acercaba solo para burlarse, o para imitar con una cara graciosa las palabras con las que le había amenazado.

Reía nervioso por eso, encogiéndose de hombros. Bueno, mínimamente ya no le hacía esos comentarios asquerosos, un buen avance.

Cambiando de tema, había pasado unos cuantos días desde que se encontró con Jeon en el mercado, y aquellos días solo se dedicaba a suspirar aburrido de su vida, con cualquier cosa que le sucedía, suspiraba aburrido, cada que iba por la acera iba cabizbajo, o con la cabeza en las nubes, pensando que en cualquier cosa que hacía no tenía el más mínimo sentido, y solo se quedaba en silencio, por horas, sin emitir un sonido, mirando a la nada, como si su mente estuviera en otro planeta y estuviera desconectada de su cabeza.

Se sentía solo. Quería cambiar de rutina, le parecía cansado seguir adelante, se estaba rindiendo lentamente...
Cada que iba por la calle, inhalaba con fuerza el aire, cerrando sus ojos, intentando recuperar sus ánimos para todo, pero por más que los buscara, estos jamás regresaban, más bien absolutamente nada le animaba.

O bien necesitaba alguna inspiración, pero igual no tenía, ya después... Se encargaría de conseguirse una, o tal vez varias, ya encontraría varias por ahí.

Por la noche solo se dedicaba a comer su cena, con su compañero que era su hermano, con su mente en cualquier parte que no fuera el planeta Tierra.
Se marchaba a dormir, abrazando con fuerza lo que tuviera a su alcance, quizá llorando toda la noche hasta caer dormido, o hasta parar de llorar porque le dio dolor de cabeza.

Aquel día era martes, por una tarde calurosa, para el, que se encontraba a un costado del horno, donde ponía los postres a inflar. Era cierto que la repostería y la cocina eran realmente calientes.

Había trabajado demasiado aquella tarde, y parecía estar disminuyendo los pedidos de los postres, por lo que cuando ya no tuvo nada que preparar, abrió la puerta de la repostería y solo se dedicó a observar.

Paso por el pequeño pasillo, recargando su brazo contra la pared, observando lo de ambiente que se ponía. Miro cada cosa y aspecto de todo el lugar, las personas con sus trajes elegantes, hermosas omegas con sus vestidos preciosos, igual como joyas adornando sus delicados cuello junto con su marca de unión a su lado, los Alfas con su mirada penetrantes a cada quien mirara a sus propiedades.

Tantas personas que parecían importantes, tantas mesas repletas de esas, tantas comidas exquisitas servidas en las mesas, incluso se daban en lujo de dejarlas sin tocarlas, a pesar de ser tan caras, todas las telas que colgaban de las ventanas se veían tan caras, cada cosa se notaba que tenía un gran precio. Pudo notar que llegaban grandes familias a comer, parejas que salían en las revistas que su madre leía, también padres con sus hijos.

 𝑹𝒆𝒑𝒐𝒔𝒕𝒆𝒓𝒐 ✧ ᴋᴏᴏᴋᴛᴀᴇ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora