✧ Después de experimentar el sentimiento de la felicidad con Jungkook, le daba igual como fueran sus tratos hacía él.
Porque después de todo, con Jungkook, siempre sería feliz, o al menos eso era lo que le había prometido.
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Le agradaba demasiado los tratos que tenía el señor Jungkook hacía él, porque era bastante lindo. Se ponía feliz cuando salía con el a visitar a su madre, también cuando iban en el auto del pelinegro y este le escuchaba atento cada cosa que le decía.
Era atento, cada que tenían que ir con la mujer, Jungkook siempre le llevaba un detalle o prenda nueva para que la usará al visitar a su madre, porque según él, tenía que verse "lindo" para su madre. Pero siempre el azabache se quedaba con los collares que le regalaba para que después los volviera a usar en otra salida.
—¿Cuánto tiempo llevamos con esta farsa?– preguntó Jungkook.
TaeHyung le miro de reojo e hizo un mohín. —Creo que más de tres meses, –respondió.
—Le dije a mi madre que llevábamos mucho más tiempo que eso, –habló con una mano en el volante y la otra tentando por tomar la pierna del Omega. —Y me preguntó algo que no me esperaba en lo absoluto.
—¿Qué fue lo que le pregunto?– dudo abrazando contra su pecho el pequeño oso polar de peluche que le había comprado el Alfa.
Porque en el centro comercial habían ido con la señora Jeon a cenar y después a tomar un helado, donde miraron una gran tienda de peluches en todas las formas. Tuvo que elegir entre un cerdito rosa y un oso polar, y termino escogiendo el último.
—Pregunto que cuando te pediré matrimonio, –le miro seriamente mientras estaban en un semáforo rojo.
TaeHyung hizo una mueca de sorpresa y después soltó una risita, abrazando más al osito. —¿Y que fue lo que respondió?
—Le dije que no quería un matrimonio por ahora, en el futuro si, pero ahora estoy demasiado ocupado en otras cosas, –respondió simple, sin darles más vueltas al asunto.
TaeHyung asintió sacando su mano por la ventanilla, mientras que con su otra mano acariciaba la barriga de su peluche.
Suspiro, —Aun que creo que esto se está saliendo de control, –habló Jeon. —De verdad, que creí, que no resultaría así.
TaeHyung le miro confundido por unos segundos, —Pero usted fue el que dio la idea. –murmuró.
—Lo sé, pero pensé que cortar con esto rápidamente, pero lo haremos después, –levantó los hombros. —Mamá se está tomando todo muy enserio y quiere que te proponga matrimonio.
El Omega suspiro quedándose en silencio, observando como siempre por la ventanilla, y recibiendo el aire por la ventana que estaba abajo.
—Pero sabes, estoy dispuesto a continuar con todo esto quizá un año, o más, –habló y el morenito le miro una vez más confundido.
TaeHyung levantó los hombros levemente, mirando aún por la venta, con sus dedos jugando en la delgada figura de mariposa, del collar que el Alfa le había dejado quedarse.
