✧✧✧
La marca infectada en su cuello había desaparecido en su totalidad, dejando solo una diminuta cicatriz, pero con los días se fue haciendo más pequeña, pero jamás se borró, solo quedaron las dos pequeñas marcas de los colmillos, pero no eran notables, solo para Jungkook.
Quién se acercaba a su cuello a besarlo y olfatearlo suavemente provocando risitas al contrario. Pero claro que todo eso fue después de haberse tomado confianza, después de que el Omega haya dejado la terapia y le haya perdonado completamente.Incluso, después de haberse disculpado, tuvieron algunos momentos tensos y miradas incómodas. Pero con el pasar de las semanas, todo regreso a su normalidad, y pues la señora Jeon, solo bufó, aceptando de vuelta lo de los chicos. Pero le advirtió a Jungkook que estuviera siempre atento al calendario para tomar sus pastillas con anticipación.
La habitación del Omega ya tenía tantos peluches bonitos con diferentes y tiernas figuras de animalitos o alimentos, también habían algunas prendas del Alfa que le había prestado para el frío. Y había floreros de cristal por todas partes, porque siempre regresaba con uno.
El tiempo pasaba rápidamente y las cosas mejoraban, a comparación de anteriormente, que cada cosa iba peor.
Cambiando drásticamente de tema, Beomgyu asustado y agitado corrió hasta la señora Hwang, donde se detuvo frente a ella para inhalar aire porque le hacía falta.
—¿Qué te pasa muchacho?– preguntó la mujer arqueando una ceja.
Este se abanico el rostro en busca de más oxígeno. —Le pasa algo a TaeHyung, –dijo tartamudeando.
La otra achicó sus ojos haciendo una mueca. —¿Qué le pasa?
—Él... Él, e-esta algo extraño. –habló rápidamente. —Sus piernas tiemblan y j-jadea mucho, también se queja, y tiembla, tiembla mucho.
La anciana le miro con una mueca.
—¿Preguntaste como se sentía? ¿No le duele el estómago?Beomgyu brico levemente nervioso mordiéndose las uñas, negó rápidamente. —Por favor, venga conmigo, no sé que le pasa, está en el suelo. S-su short está mojado, muy húmedo, también está s-sudado. Y-y huele muy... Extraño, pero a la vez tan delicioso.
Notó los ojos levemente cristalinos del chico, y la mujer supo que era. Fue rápidamente hasta la repostería abriendo la puerta y lo encontró ahí intentando ponerse de pie.
—Oh dios mío, –soltó, notó el olor y rápidamente saco el teléfono de su bolsillo, marcando un número.
—Ayude a TaeHyung, por favor. –le pidió el joven beta comenzando a llorar.
La mujer asintió comenzando a ponerse nerviosa por el aroma fuerte del Omega. La llamada fue atendida. —Jungkook. –habló rápidamente con su voz asustada.
ESTÁS LEYENDO
𝑹𝒆𝒑𝒐𝒔𝒕𝒆𝒓𝒐 ✧ ᴋᴏᴏᴋᴛᴀᴇ
Random✧ Después de experimentar el sentimiento de la felicidad con Jungkook, le daba igual como fueran sus tratos hacía él. Porque después de todo, con Jungkook, siempre sería feliz, o al menos eso era lo que le había prometido.