¿Qué pasaría si la persona más importante en tu vida te olvida? ¿Si los momentos a los que te aferras nunca existieron? Solo quedarías perdido en el tiempo. Jungkook es mucho más que solo alguien a quien Taehyung ama, es por quien lucharía incluso e...
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Tanteé la cama, ya que el calor humano se había esfumado en cuanto el sol comenzó a molestar mi rostro.
-¡Buen día, dormilón! -dijo Taehyung mientras entraba por la puerta con el desayuno y se sentaba frente a mí-. En serio, duermes profundamente; ni siquiera notaste cuando me levanté. Eres un hermoso desastre, Jeon -me comentó sonriendo mientras estiraba su mano para acomodar mi cabello.
-¿Soy hermoso? -Al terminar de pronunciar las palabras, cubrí mi boca con la mano. No había pensado en ello; simplemente lo había dicho. Taehyung me observó en silencio durante unos segundos y luego respondió:
-Claro que lo eres.
No supe si era la forma dulce en que hablaba, su sonrisa peculiarmente rectangular, que había desaparecido de mi vista durante días y que ahora volvía a brillar, o cómo la luz del sol iluminaba sus ojos avellana. Taehyung llenaba mi pecho de un sentimiento tan raro y profundo que me mantenía nervioso. Nunca supe si era porque la tranquilidad de su voz me recordaba que ya no estaba solo, o si la sensación de déjà vu lo hacía aún más especial. Pero había algo en él que me tenía completamente perdido en escenarios tan bellos, tan ideales e inalcanzables. Algo dentro de mí explotó en un millón de cosquillas que me ponían inquieto; era una sensación extraña y agobiante, pero que, de algún modo ridículo, se sentía bien.
-Hoy tengo Tal, pero...
-¿Qué es Tal?
-Teoría y análisis lingüístico -respondió-, una de las materias obligatorias. Como te decía, después de esa clase, si quieres, podemos ir a comprar algo que te guste para cenar. No seré el mejor chef, pero mis intenciones son buenas. -Rió bajito mientras intentaba tomar de su taza de té. Yo no podía dejar de observar sus ojos avellana-dorados.
-¿Jungkook? ¿Sucede algo para que me mires así?
Moví la cabeza hacia la izquierda, intentando observar mejor a Taehyung. ¿Qué era lo que me llamaba la atención de él? Era un chico común, con rasgos comunes, actitudes normales y ropa que parecía de anciano. Entonces... ¿por qué algo en él me hacía querer acercarme? ¿Por qué mentía tan descaradamente? No hay nada más patético que auto convencerse de algo que no es real. Por ejemplo, yo en este momento intentando convencerme de que Taehyung es igual al resto. Él es distinto. Cada fragmento que compone su individualidad contiene los más grandes misterios de la belleza. La curva rosada de su rostro, que ahora ha desaparecido, es imposible de encontrar en otro ser que no sea él. Incluso la mirada suave y relajada que acaba de perder me hace replantear la inexistencia de algo perfecto. Ambos párpados, elevados, resaltan la pequeña evidencia de su singularidad: uno simple y otro con un pliegue que marca su distinción. Los luceros que ahora me miran expectantes parecen simples y marrones, hasta que los observas detenidamente, notando el veteado miel-dorado que inunda el llano avellana de sus ojos.
