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Una vez habíamos despegado, saqué mi cuaderno y empecé a dibujar lo que me venía a la mente.-Te enseño algo?
Lo miré de reojo sin darle importancia antes de volver a mi ocupación pero noté una hoja pinchar mi brazo.
Había puesto sobre la mesa desplegable el dibujo que le hice algunos días atrás.
-¿En serio lo has traido?-fruncí el ceño.
-Claro que sí, me da suerte.-lo volvió a tomar.Sonreí levemente.
-Ya he terminado el logo.-busqué la página y se acercó.
-Ha quedado genial.-asintió-Me encanta, eres una gran artista.-estampó un beso en mi mejilla antes de abrir una revista como si nada.Sentí mi cara calentándose así que me centré en el cuaderno hasta que escuché el carrito de la comida pasar por el pasillo.
-¿Desean algo?-sonrió cordialmente la azafata.
-No, grac...
-Dos sándwiches de pollo y dos Coca-Colas, por favor.-interrumpió Mick y la chica asintió antes de darle su pedido.Vi como sacó un par de billetes de su bolsillo y se los dio.
-Toma.-me ofreció una lata y un sandwich.
-No quiero que te gastes dinero en mí, son tuyos, yo no tengo hambre.
-Tienes que comer algo. No me voy a quedar pobre, toma.-insistió.Suspiré cerrando la libreta.
-Gracias.-acepté.
-No ha sido nada.-sonrió y miré el perfil de sus labios.El sonido de su lata abriéndose me devolvió a la realidad e hice lo mismo con la mía.
Por fin llegamos, fuimos a por las maletas y esperamos el taxi que nos llevaría al hotel. El vocalista seguía sin separarse de mí pero cuando nos repartimos en las habitaciones como Andrew había dicho, tuvo que dejarme, cosa que agradecí enormemente.