¿Puedo Pedir Una Cosa Más?

238 27 13
                                    

-Hola.-me apoyé a su lado y no me contestó, no movió ni un músculo-Tengo que hablar contigo.
-¿Ahora quieres hablar conmigo?-me miró tirando al suelo lo que quedaba del cigarro y pisándolo para apagarlo-Pensé que no querías mi compañía, ¿por qué te interesa de repente?
-Mick...no me refería a que no quisiera tenerte al lado.
-Es exactamente lo que significa, si echas a alguien es porque no quieres que esté ahí.-estaba enfadado de verdad-Lo pillo, no soy suficiente ni siquiera para estar en el asiento de al lado. Tranquila, no hace falta que lo expliques.-suspiró volviendo a su posición inicial.
-Oye, lo siento.-giró la cabeza para mirarme y seguí-Perdón por haberte hecho sentir mal, no es que no seas suficiente, no te considero inferior. Es solo que...-no sabía qué decir.
-¿Que qué? ¿Pensabas que iba a pasarme el vuelo despotricando sobre Bob? ¿Te da asco que intente conseguir aunque sea un poco de tu atención?-hizo una pausa sin despegar sus ojos azules de mí-Solo quiero estar contigo, me gusta hacerte enfadar, me gusta cuando te ríes por las estupideces que digo, me encanta que me mires, de verdad. Si pudiera pagar por cada minuto junto a ti, no gastaría dinero en otra cosa. Por eso intento sentarme a tu lado en los vuelos porque es el único momento en el que puedo tener tu atención durante horas. Andrew no confía en mí, por eso me ha dicho que no el millón de veces que le he pedido compartir habitación contigo.-suavizó el tono-Porque quiero que me hagas caso.-se abrazó a si mismo y por un momento pude ver lo frágil que parecía.

Me puse frente a él, agarré sus muñecas para abrir sus brazos y lo abracé. Suspiró con pesadez al hundir la cara en mi cabello mientras me estrechaba contra él.

-Gracias.-susurró.
-Vamos dentro, tienes que...
-Déjame estar así un poco más.-interrumpió y sonreí.
-Vale.-acaricié su cabello.

Pasaron como dos minutos en los que solo nos quedamos ahí, abrazándonos.

-Se hace tarde.-rompí la unión para mirarlo y lo que ví me sorprendió.

Dos lágrimas resbalaban por sus mejillas como haciendo una carrera. Las retiré con mis manos.

-¿Puedo pedir una cosa más?-susurró.

Sin dejar que se explicase, me puse de puntillas para unir nuestros labios lentamente. No sé cuánto pasó pero mis piernas empezaban a temblar por la tensión de mis músculos en mantener todo el peso sobre mis puntas así que justo antes de que rompiera el contacto, me cargó haciéndome enredarlas en su cintura.

Su simple existencia me provocaba una sensación muy adictiva, sus labios gruesos sobre los míos eran algo que no me cansaba de experimentar. Hacía que mi corazón golpeara como queriendo salir de entre mis costillas. Era tan insoportable como tentador, tan odioso como deseable y tan estúpido como precioso.

Like a Rolling Stone [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora