Triple Vida

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Ya era de mañana, mis padres habían salido y sólo estábamos nosotros cuatro y Pietro, Adam no salía aún de su cuarto, Mateo estaba en el patio de atrás, y Spencer estria dormido aun, en el caso de Maximoff yo no tenía ni la menor idea de que podría esta haciendo, pero yo decidí hacerme un sándwich, asi que comencé a sacar todo lo necesario.
Escuché pasos, como los de alguien que apenas se hiba levantando, rece por que fuera Spencer, no lo vi desde que llegue, espere a que estuviera al alcance de mi vista, y si, era el

—buenos días chaparrito—le saludé

—buenos dias—respondio y se puso de puntitas para terminar de saludarme con un beso, su aspecto no era común, estaba ojeroso y su cabello no estaba como debía estar, no estaba arreglado y aún olía a cama, si por algo distinguían a mis hermanos era porque son muy quisquillosos a la hora de arreglarse y Spencer no era la excepción.

—como estas? Mamá nos contó que tus....dones se estaban activando—pregunté tomandolo por sus pequeñas manos, entonces sus ojos se crustalizaron, de por si ya estaban algo hinchados, pase mi dedo pulgar sobre sus manitas, esperando calmarle, pero balla sorpresa que me lleve, la punta de sus dedos tenía un extraño tono morado, pero no se veían machucados

—voy a morir?—pregunto en un tono quebrado, tanto que me dolio el pecho con tan sólo escucharlo, pronto le di un fuerte abrazo y el lo correspondió con fuerza, con la fuerza que podía.

—no...No lo harás—negue, mientras lo tenía aun pegado a mi, era extraño, y según lo que yo experimente, no habían síntomas de dedos morados, pero se manifestaban de diferente forma en cada persona, por ejemplo el caso de Adam, a el tenian que cuidado demaciado por su extraña tendencia a volverse un hombre de agua que se desparrama en cualquier lado, o Mateo, que cada y que habría portales inconscientemente, y cuando lo hacia concientemente sus venas se notaban de forma increíble tras su piel, y en mi caso, las alas se salían por si solas, tirando cosas y llevandome por los aires son rumbo alguno

—que me está pasando!?—pregunto con desesperacion, ya había comenzado a llorar de nuevo, una crisis normal

—sólo estas sufriendo algunos cambios en tu sistema...—no sabía como explicárselo, cuando yo era pequeña, papá me lo explico con cosas demaciado cientificas, pero, al igual que yo en esos tiempos, Spencer no entendería y nesecitaba explicarle lo antes posible.
Quizá podría explicarle con dibujos, aunque sean de palitos y rayitas, pero no tardaría demasiado en buscar una buena hoja de papel, quizá con dinosaurios! A el le encantan los dinosaurios!

—mira—lo aleje un poco, el ya traía un pequeño dinosaurio de plástico, cada uno en sus dos manos, cosa que me ayudo a percibir el extraño color en sus dedos, tome uno, el más pequeño—el, va a evolucionar par ser más grande y fuerte, así como este—tome el otro dinosaurio—es lo que está pasando contigo—simplifique, y aunque los dinosaurios no hicieran eso, me ayudo a explicarle

—voy a ser como Iron Man!?—pregunto con emoción

—mejor que Iron Man—corregí, su rostro se iluminó y pronto salió corriendo

—soy mejor que Iron Man!!!—grito mientras corría, ese muchacho me llena de orgullo, pero entonces Maximoff apareció

—ya están despiertos tan temprano?—pregunto, se veía somnoliento, de seguro se acababa de levantar

—son las once flojo—dije mientras le daba una mordida a mi sandwich

—me haces uno?—pregunto

—háztelo tu—dije viéndole mal

—soy tu invitado, la gente atiende a sus invitados—aclaró

Ocean Eyes »» Pietro Maximoff y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora