Corazones Rotos

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Se me salió un "papá!" Al verlo, como si volviera a ser la pequeña niña de cuatro años, cada y que papá volvía de algún viaje acostumbraba a lanzarme a sus brazos.
Salte desde el cuarto escalón y, para mi sorpresa, logró atrapar con la misma facilidad y fuerza de hace once años.

-hey! Avisa no?-dijo mientras me cargaba en un abrazo.
Cálido, tal y como esperaba.
Me bajo con cualidad para después depositar un beso sobre mi cabeza,seguido escuche los pasos de Pietro, anunciando que este estaba cerca, cuando estuvo abajo estrechó la mano con mi padre y procedimos a pasar

-bien entonces, supongo que ya podemos comer no?-dijo Mateo, mamá le miró mal, estaba recargada en el sofá con los brazos cruzados y una cara de pocos amigos, de ninguno de hecho.

-supongo-respondio de mala forma, llevaba el cabello recogido en un moño, mi madre solía ser extraordinariamente elegante, de joven le encantaba dejar a los en los chicos con la boca abierta según ella cuenta.

-en lo que llega mamá Mabbi, sería bueno hacer tiempo-se unió mi Michelle mientras se le colgaba de él brazo, caminando a la par, eran de estatura y de edad, nacieron juntas.

-tiempo para?-inquirio Melanie de brazos cruzados, tenía la misma actitud de mi madre, la indiferencia en su voz era increíble.
Mi tía paró, quizá en realidad no se lo esperaba, nos miro por encima de el hombro, y entonces respondió
-para esperar a que lleguen Mel, deberías ayudarnos con los platos-mamá giro la cabeza, al parecer susurrando algo a su hermana, entonces Michelle volvió a hablar-junto con tu prima, dos pares de manos serán de gran ayuda-

-creo que yo quiero quedarme un momento a platicar con mi padre-informe, quizá no estaba tan mal ayudar, sin embargo, no me nacía hacerlo, y además sentía que no debía
Mamá se giró, como si fuera un reflejo, y me miró de mala manera, esa mirada opresora que te hacía sentir obligado a todo. Me pregunto si alguien en estos momentos se da cuenta de cómo me observa.

-yo puedo ayudar-se ofreció Pietro,dando un pequeño paso al frente

-no creo que sepas hacerlo-respondio mi madre en un tono despreciable, como si le hablara a un trocito de mierda-de seguro romperlas todo con esa rapidez tuya-agrego, y en cuanto se giró para continuar caminando, Pietro ya había ido y venido, los platos se encontraban bien puestos en la mesa, junto con la gran jarra de bebida, y los varios alimentos a consumir.
Ahora quien se cruzó de brazos fue Maximoff.

-sabe, en algún tiempo yo también tuve familia-comento mi platinado, y no había ni un rastro de melancolía más bien se veía orgulloso.
Mamá soltó un bufido, tomó un tenedor de la mesa y se acercó furiosa a Pietro, estuvo apunto de colocar el tenedor en la garganta de mi novio cuando una llamarada de fuego le salió de la mano, una llama que provocó que soltara el tenedor con fuerza. Entonces nos percatamos que la puerta estaba abierta, y que Adam estaba parado en ella, con Clary a un lado, sujetándose con fuerza de su propio bolso, y con mi abuela en medio, con la mano sobre el hombro de mi hermano, aparentemente sorprendida por la forma en que nos encontró

-mamá...-musito mi madre, en cierto punto me recordó a mi cuando me encontró tratando de enterrar a...larga historia-yo...-comenzo a balbucear cuando mi abuela entró desesperada, pensé que se dirigiría a mi madre pero o sorpresa, se acerco a Pietro.

-chico! Estas bien?-se acercó con prisa, por primera vez la vi correr sin cojear, tocó los hombros de Pietro, como si quisiera traerlo a la realidad, y ahí fue cuando me preocupé.
Me acerqué a él y le tomé de el rostro, no parecía verse mal o con los ojos el blanco como esperaba encontrarlo.

-estas bien?-inquirí, en asintió, entonces mi abuela me miró tiernamente y se gritó para ir hasta mi madre

-esa mujer esta loca-susurro, inconscientemente sonreí, era cierto.
Mamá estaba recargada en una mano encima de la mesa mientras que la otra la mantenía cerrada sobre la cadera.

Ocean Eyes »» Pietro Maximoff y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora