Diciembre, 2012La vida que llevaba no era muy difícil. Sí, tenía que ir tres veces a la semana a la iglesia para ayudar al cura, pero no lo tomaba como una tortura; al menos era mejor que estar sedado. Cuando asisto a la iglesia, leemos la Biblia juntos. El cura es joven, por lo que logramos llevarnos bien. Me habla sobre el buen camino, mis responsabilidades, y que Dios siempre estará conmigo, que Dios es amor y compasión. Me dice que todo mi dolor desaparecerá si tengo fe. He podido tener una conversación bastante abierta con alguien de quien menos lo hubiera esperado; es extraño que el padre acepte cuestiones que mi madre, quien asiste fervientemente a cada misa, no puede entender.
Llevo un mes yendo a la iglesia, y mi madre no deja de mencionar lo orgullosa que está de mí. Aunque el orgullo de mi madre me hace sentir mejor conmigo mismo, yo aún recuerdo a Kookie y anhelo estar a su lado. El último recuerdo que casi acaba conmigo fue hace poco. Me había levantado temprano y, al bajar las escaleras para hacerme el desayuno, escuché algo que jamás imaginé oír un domingo temprano.—¿Y cómo están, Yeonji? ¿Cómo está mi niño hermoso, cómo está creciendo? Me alegro. Espera un segundo, el lavarropas se detuvo; estás en altavoz.
—Él está bien, Lisa está con él en casa; están viendo una película. ¿Y Tae, cómo está?
—B-bien —la voz de mi madre temblaba—. Está yendo a la iglesia.
—¿Tan joven y ya interesado en la religión? Jungkook no quiere saber nada sobre religión, no me acompaña a la iglesia.
—Sí... —mi madre hizo una pausa antes de continuar—. Es que a él le gusta la iglesia, decidió ir por su cuenta hace unos meses.
¿No le ha dicho nada sobre cómo me encuentro? Ellas siempre se han contado todo.
—¡Jeon Jungkook! —fue casi un grito—. ¡¿Qué te dije sobre comer en el sillón?! —Una voz más aguda contestó—. Lo siento, mamá… Lo siento, Jihyo, pero la adolescencia es terrible.
Jeon Jungkook.
Extrañaba escuchar su nombre, ese nombre prohibido y del que se dejó de hablar hace tiempo. En casa, mamá nunca volvió a hablar de Kookie. Algunos días llegué a pensar que él solo fue parte de mi imaginación. Hace tres años que no sé nada de él; ni su nombre, ni su estado de salud se mencionan. Mamá ha guardado todas las fotos de los álbumes en algún lugar que aún no encuentro, aunque logré rescatar una foto que guardo en un portarretratos.
—Extraño mucho a Taehyungie, ¿crees que debería ir a verlo?
—No —sentenció mi madre—, no creo que sea buena idea.
—Pero sabes que extraño muchísimo verlo; no quiero que me olvide.
Jamás podría olvidar a mi tía. Ella fue muy buena conmigo, casi una segunda madre para mí.
—No, Yeonji, es mejor que no —dijo para luego colgar.
Recuerdo que ese día subí las escaleras corriendo para sumergirme en la hermosa melodía de su voz, aunque fueran pocas palabras las que pronunció, y aunque no estuvieran dirigidas a mí. Eso sucedió ayer, y aún no puedo borrar su voz de mi mente.
Debido al tiempo que pasé lejos de la escuela, ahora tengo que rendir libres todas las materias del año para no repetir: historia, literatura, matemáticas… Todo. Debía estudiar sobre el catolicismo en la Edad Media, repasé página por página, y muchas de las cosas que leí en mi libro de historia se quedaron en mi mente.
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𝑷𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 || 𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤
Fanfiction¿Qué pasaría si la persona más importante en tu vida te olvida? ¿Si los momentos a los que te aferras nunca existieron? Solo quedarías perdido en el tiempo. Jungkook es mucho más que solo alguien a quien Taehyung ama, es por quien lucharía incluso e...