─ O3. INTERRUMPIMOS ALGO

8.7K 696 90
                                    

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Habían cosas que sencillamente no se podían juntar. Denver sabía una de ellas.

Los niños y las armas.

Otra seria la iglesia y el estado.

La pizza y la piña era una de las peores. »Si me llego a enterar de quién junto estás dos cosas, yo lo mato«.

Juntar cosas podía ser letal.

—¡Milán, por amor a Dios, frena!

Milán y un coche no debían juntarse, pero se hacía de todas formas.

Igual que Milán y Berlín, muy mala idea.

Había algo adictivo en conducir como si la policía te estuviera pisando los talones.

O solo lo adictivo era la adrenalina del momento. Ella nunca sabría explicarlo, solo sabía que era adicta a muchas cosas, cosas usualmente malas, o así lo veía el exterior.

Un psicólogo le hubiera sido de mucha ayuda a Milán hace unos años, también haber tomado sus medicamentos.

Pero ya era bastante tarde, de hecho muy tarde.

—¡Milán, frena ahora! —ordena Tokio y ella solo obedeció porque habían llegado a su destino.

La ahora castaña clara freno repentinamente, el coche se detuvo y Tokio y Nairobi se balancearon. Ambas sostuvieron de algo para no recibir golpes por el movimiento brusco.

—Tía, ¿qué acaso estás loca?

Milán ignoró olímpicamente a Nairobi, solo atino a mirar por el espejo retrovisor su rostro. Ella se toqueteo el cabello, logrando desordenarlo un poco y se relamió los labios, haciendo que estos brillen.  

—No seas exagerada —dijo mientras bajaba del coche. Toma el abrigo negro de la parte de atrás y, un poco reacia, se lo pone. —Miren, ya están aquí —comenta al ver el autobús.

Tokio y Nairobi bajaron y se colocaron al lado de Milán. La de cabello corto se encargo de avisar al Profesor.

—El corderito está entrando —dijo esta a través del comunicador. Tenían que esperar a que Río se encargase de desconectar las alarmas de la fábrica y así poder entrar. Solo pasaron unos cuantos minutos cuando Tokio volvió a hablar. —Listo, ahora.

ROBIN HOOD'S PLAN, la casa de papel¹ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora