Capítulo 15: Un dolor por otro

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15-Un dolor por otro

**Byakuya**

--Flashback—

El ardor de las lágrimas hace que mi rabia aumente a medida que me froto los ojos hasta hacerme daño mientras camino de vuelta a casa. Otro día de infierno en el instituto, aguantando burlas, cuchicheos y comentarios vejatorios sobre mi olor. Dioses, no puedo controlarlo cuando me enfado...es superior a mis fuerzas, voy a terminar volviéndome loco...

Cuando llego a casa, veo a varios indigentes salir del comedor social de mi padre. Como siempre suelen venir bastantes familias a comer porque no tienen nada que llevarse a la boca y mi padre no solo les ofrece un plato caliente, sino también ropa y algo de dinero. Tanta caridad por su parte me abruma ¿es que no se da cuenta de que no toda la gente es de fiar? ¿Qué se están aprovechando de su buena voluntad? Dioses...cada vez odio más a las personas...

Abro los ojos cuando me encuentro de frente con la familia de pelirrojos que suele venir a menudo. Su hijo de ocho años, Renji, siempre se me queda mirando cuando me ve, pero al toparnos tan de cerca, veo como abre los ojos asustado y agacha la cabeza apretando los puños. Lleva puesta mi ropa...toda la ropa que mi padre ha guardado nuestra la está dando a otras personas...

-Tsk! patético...-

--Fin del flashback—

-Renji...- abro los ojos susurrando su nombre viendo que tengo la mano alzada hacia el techo de mi habitación. Me incorporo en la cama sintiendo mi cuerpo pesado y dolorido, aunque más que físicamente, me duele a nivel interno. Ese recuerdo solo me ha hecho ver que siempre he sido cruel con Renji y no porque me asqueaba su pobreza y necesidad, sino porque incluso viviendo en la inmundicia, él era mejor que yo. Aún lo sigue siendo.

Mientras me ducho no puedo evitar recordar el día que compartimos en nuestro celo. Tras terminar, le pedí que no volviera a entrometerse en la vida y que nos tratáramos solo de compañeros en el trabajo, sin derecho a nada más. Sentí la rabia contenida de Renji al no poder recriminarme nada al verme tan abatido y por no empezar una pelea. Esto ya no solo lo hago por mí, sino también por él. Por mucho que lo intente, no conseguirá que yo cambie de actitud, ni que llegue a ser un hombre normal, porque eso es imposible. Me niego a que siga estrellándose contra un muro desperdiciando su vida inútilmente. Solo espero que encuentre a alguien digno...alguien que no sea como yo...y aun deseando su felicidad, el pecho me duele al imaginarle con otro....

Cuando llego al trabajo, mi curiosidad puede más que mi deber y me veo mirando en varias estancias del hipermercado a ver si le veo por algún lado. Su delantal y su placa no están en la taquilla lo cual significa que ya ha llegado, así que recorro otro pasillo hasta que le veo tras la cristalera del despacho de Sasakibe, el cual no está, pero sí en su lugar está su omega, Ukitake Yylfordt, sentado en la silla de su pareja hablando con Renji. Noto como se me tensa la mandíbula al oírles reírse y hacer aspavientos. Sé que Renji y ese chico tienen una profunda amistad, pero ¿cuánto de profunda? Imagino que debieron tener algo en el pasado por la forma en que Yylfordt mira a Renji con cariño cada vez que hablan, lo cual me hace removerme por dentro. ¿Cuántos amantes habrá tenido Renji? He oído rumores sobre él, sobre su capacidad innata de conquistador, de salvaje y tendencia macarra que le hizo ganar mala fama en la ciudad. Aunque ahora se ha tranquilizado y ha madurado, sigue teniendo ese deje de sencillez y entrega a los demás que le hace brillar con luz propia. Eso me sorprende...y me molesta. Él atrae...y yo repelo...

- ¿Cómo te va con Byakuya? ¿has conseguido conquistarle ya? - abro los ojos de par en par al oír cómo el rubio me llama por mi nombre de pila descaradamente. –Es el primer tío que se te resiste tanto, lo cual es una novedad-

"Imperfectos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora