Capítulo 14: Un sueño roto

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14-Un sueño roto

**Sen**

Me remuevo en la cama gruñendo al estar inmerso en mi pesadilla. No puedo dejar de ver aparecer a Zangetsu en mis sueños, vestido de negro por completo, con unas gafas amarillas que no ocultan sus oscuros ojos lascivos mientras me sonríe de forma prepotente rodeado por unos cuantos omegas que le están haciendo la pelota y restregándose contra él directamente. Bueno, en realidad los omegas no son desconocidos, son todos los chicos del restaurante que gimen y ríen como adolescentes mientras Zangetsu les acaricia uno a uno dejándolos al borde del éxtasis. Dios... no lo soporto... ¿Por qué tiene que tocarlos?

-Tú también puedes venir, Sen...-

-¡¡NO!!- abro los ojos de par en par gimiendo esa negación viendo como tengo agarrado a Ginjo por la camiseta, el cual está encima de mí en la cama mirándome confuso.

-Vaya...pensé que te molaría que te despertara haciéndote mimos, pero ya veo que no-

-Lo siento...- me incorporo sentándome en la cama y me aparto algunos mechones del flequillo que me cubren el rostro. Mi pareja se recuesta a un lado apoyando su cabeza sobre un brazo mientras me mira fijamente.

- ¿Qué coño te pasa, Sen? Solo he estado unos días fuera en la convención de motos y al llegar lo único que quería era follar con mi chico, pero te has dormido sin más-

-Perdóname, estas semanas han sido bastante estresantes...- me recuesto de nuevo sobre la cama abriendo mis piernas ligeramente con insinuación. - ¿te apetece follar ahora? -

Ginjo no es de los que se lo piense mucho cuando me ofrezco en bandeja a él. En cuestión de segundos se le pasa el mosqueo y se le dibuja una cara de vicioso que no puede con ella. No sé por qué eso siempre me ha molestado, pero ahora incluso me da escalofríos.

-Ah! Dios, encanto...como echaba de menos tu apretado agujero...- giro mi cabeza a un lado cuando Ginjo me penetra con el condón tras haberme echado un poco de lubricante, ya que ni siquiera estoy excitado. Antes me encantaba sentir a mi novio dentro de mí, pero desde que tuve el celo con Zangetsu, las cosas han cambiado drásticamente. Ginjo no es tan grande como él, ni desprende ese aroma que me aturde tanto y lo peor es que su polla...no puede compararse a la de ese maldito alfa. No siento nada de placer. Es incómodo...quiero que termine ya, empiezo a agobiarme...me siento mal, como si estuviera traicionándole...oh dioses...es por la marca...ese viejo me volvió a morder reactivándola y ahora...me es imposible seguir con mi vida normal...

- ¿No te has corrido? - escucho la voz de Ginjo a mi espalda mientras veo de reojo como se quita el condón sucio anudándolo para tirarlo. –No sabía que los omegas también podíais fingir los orgasmos-

-Ginjo, tenemos que hablar- sé que no puedo retrasar más este secreto, así que le cuento a Ginjo todo sobre mi pacto con el padre de mi hijo, al cual obviamente no identifico para que no haya consecuencias. Si Ginjo se entera de que estoy trabajando para el mismo hombre que me violó y dejó preñado, irá a por él sin duda y sinceramente, temo por su vida más que por la de Zangetsu.

-No me lo puedo creer...ese cabrón ha vuelto solo para chantajearte ¿¿y te has dejado?? ¡Joder Sen!!! ¿Por qué no me lo dijiste antes?? ¡podrías haberle denunciado!! ¡¡o le hubiera dado una paliza para que se le quitaran las ganas de joderte la vida!! ¿¿Cómo quieres que acepte esto?? Te has...dejado follar por él otra vez y seguro que estás...¡¡JODER!!!- cierro los ojos cuando oigo el estruendo de la papelera de la habitación estrellándose contra la pared cuando Ginjo le da una patada.

-Entiendo que quieras romper conmigo. No puedo echar marcha atrás en el tiempo-

- ¡Espera! - noto como me agarra de un brazo impidiéndome que salga de la habitación tras vestirme. –Yo...necesito que me des unos días para calmarme...pero no pienses que voy a dejar que ese cabrón me venza, porque tú eres mío...- siento un nudo en la garganta cuando Ginjo me besa un poco a la fuerza y me hace una señal para que le deje solo. Cuando salgo de su apartamento, voy furioso a la plaza del barrio, sacando mi megáfono como de costumbre para gritar enérgicamente defendiendo nuestros derechos. En los días que más furioso estoy, es cuando tengo más público en mis manifestaciones. Necesito descargar adrenalina antes de ir a recoger a Tensa de sus clases de natación.

"Imperfectos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora