4-Una obvia premonición
**Sen**
--Hace diez años—
Reconozco que desde pequeño siempre he dado bastante guerra a mi familia. Lo peor fue cuando me enteré en el colegio de que era un omega tras las pruebas médicas rutinarias que hacen siempre para adjudicarnos en la jerarquía. Desde ese momento empecé a comportarme de forma más rebelde, yendo en contra del comportamiento que se podría esperar de un omega sumiso. Eso, sumado a la problemática de mis dos hermanos, la falta de control de mi padre hizo que sacara los pies del tiesto. Dioses y de qué modo...
Como es normal en un adolescente de mi carácter, me paso más tiempo fuera de casa que dentro. Mi prioridad son mis amigos, con los que comparto esos momentos que me evaden por completo de mi realidad y cualquier responsabilidad. Este verano nos hemos acercado a la feria que han traído a Karakura, un lugar idóneo para hacer botellón y montarnos en las atracciones. Es nuestra primera noche en la feria y para variar, ya voy borracho y tambaleándome, teniendo que ser sujetado por uno de mis amigos que me sostiene para no darme de cara contra el suelo.
- ¡Jaja, Sen! ¡no sabes beber, tío! –
- ¡Que os den! - doy manotazos al aire haciendo reír con más intensidad a mis colegas y me apoyo contra una de las casetas de feria notándome mareado y ardiendo. Nunca he tenido un celo intenso gracias a la estricta medicación que mi padre me obligó a tomar, pero últimamente no me estoy tomando las dichosas pastillas para no mezclarlas con alcohol y creo que mi cuerpo se ha revolucionado. Joder...si creo que creo que me he meado encima y todo, pero me da igual...el alcohol lo inhibe todo...
- ¡Paso de esta mierda de atracción!! ¡malditos extranjeros!!- escucho a uno de mis amigos que viene furioso dejando a su espalda una atracción bastante peligrosa con solo ver su altura. –Ese sucio extranjero me ha dicho que no puedo montar por mi corta estatura ¡puto gigante!!- ladeo la cabeza para mirar al enorme hombre que me está señalando y el cual nos está mirando con cara de malas pulgas. Es occidental, como el resto de los feriantes y con pintas de no lavarse mucho.
-No te enfades Ryo, déjame a mí- cojo uno de los vasos medio vacío que estamos usando para beber y lo lanzo a los pies del gigante el cual se sorprende un poco, pero gruñe y más cuando el resto de mis amigos me imitan y empezamos a insultarle y tirarle a su atracción toda la mierda que encontramos a nuestro paso. Éramos adolescentes borrachos...y rematadamente idiotas.
Después de echarnos unas carcajadas por nuestra "hazaña", acabamos en una zona del recinto ferial donde podemos tumbarnos en el suelo y seguir bebiendo. Algunos de mis amigos ya han encontrado ligue y están enrollándose casi al lado mío. Yo apenas puedo mirarlos porque noto que hasta me he corrido y todo del calentón que llevo y no encuentro a nadie que me guste para bajarlo. Aún no he estado con nadie y eso se nota. Tsk! que mierda...la cabeza me da vueltas...
-Voy...voy a mear...ahora vuelvo...- noto que apenas me sale un hilo de voz que hace que mis amigos ni se den cuenta de cuando me voy. Consigo llegar a duras penas a un baño portátil en el que me encierro ignorando el fuerte olor a orina de dentro que casi me hace vomitar.
-Ah, dioses...duele...- me bajo los pantalones y la ropa interior hasta los tobillos para acariciar la carne hinchada y húmeda de mi polla. –Ah...no es...suficiente...ah...más...quiero...más...-
Entre mis gemidos no escucho como el cubículo del baño se abre y alguien se posiciona a mi espalda cerrando la puerta con llave tras su cuerpo. Un fuerte aroma me golpea los sentidos haciendo que me corra de nuevo pese a no haberme tocado casi. Ese olor...es como el de las velas...incienso....
Noto como una enorme mano agarra mi cabeza desde atrás y me empotra contra la pared haciéndome gemir dolorido y excitado. Escucho un fuerte gruñido proveniente de sus labios y cómo se está sobando contra mis nalgas desnudas haciendo que por instinto le alce la cadera temblorosamente.
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"Imperfectos"
FanficLos aromas siempre dejan buenos recuerdos. Son parte de nuestras experiencias, de nuestro crecimiento y madurez, estelas que perviven al dejar la vida atrás. En un mundo donde conviven varias razas, el aroma es lo que marca las diferencias entre un...