"Imperfectos"

Capítulo 27: Un nuevo vecino

27-Un nuevo vecino

**Sen**

Observo afligido la montaña de papeles que hay sobre mi mesa esperando a ser leídos. Nunca pensé que este oficio llegaría a ser tan difícil ¡pero no pienso darme por vencido!! Estoy aquí gracias a mis méritos durante estos años y sé que mucha gente depende de mí para ayudarles, así que no puedo decepcionar a nadie.

Muevo entre mis manos los folios para poder clasificarlos por casos y niveles de prioridad a la vez que tiro del cuello de mi camisa sintiendo que me ahogo con la corbata. Joder, esa es otra, lo de vestir de traje tan formal no va conmigo, pero es importante para dar la talla como abogado, aunque aún esté a prueba, no puedo cometer ningún error. Mi vida ha cambiado totalmente, han sucedido muchas cosas a mi alrededor que me han afectado demasiado, pero he decidido seguir adelante. La parte buena de mi vida es mi familia más directa ahora, formada por mi alfa y mis hijos. Zangetsu y yo llevamos compartiendo vida en común estos últimos años, en los cuales le he abierto por completo mi corazón gracias a que él ha estado a mi lado en todo momento para apoyarme tras los problemas de mis hermanos y la muerte de mi padre. Ese es un tema que aún me duele mucho de solo pensarlo, pero no tengo tiempo para seguir derramando lágrimas. Me tuve que ir a estudiar abogacía a Tokio y por fin he conseguido que me acepten en un buffet de abogado en Karakura. Zangetsu se ha ocupado de nuestros pequeños la mayor parte del tiempo y aún lo sigue haciendo, por lo cual le estoy eternamente agradecido. Yo no quiero ser un omega florero que únicamente se dedica a parir hijos y criarlos. Siempre he tenido el sentido de la justicia presente y por fin he podido llevarlo a la práctica. Pienso defender a todos los omegas que pueda para cambiar las leyes de este mundo corrosivo dominado por el poder alfa. Ya es hora de que alguien dé la cara por los más débiles.

-Veo que hoy también harás horas extras, Senbonzakura- ladeo mi cabeza con gesto irónico mirando al enorme hombre que apenas cabe por la puerta de lo alto que es, algo más que Zangetsu incluso, con una mirada dorada que me traspasa por completo. Komamura Sajin es conocido como el mejor abogado de Japón casi, apodado "el tiburón". No hay caso que se le resista. No ha perdido ni un solo juicio desde que empezó a trabajar. Le cogí manía desde que supe que él había sido el causante de que mi hermano Haruka perdiera a sus hijos a favor del verdadero padre de éstos, del que todos los Kuchiki desconocíamos su existencia. Me sorprendió cuando él mismo me ofreció trabajar bajo su mando en Karakura y desde entonces lo veo como un rival, pero también una fuente de inspiración. Es un alfa muy inteligente y con unos modales perfectos. No puedo evitar sentirme atraído por esa seguridad tan fuerte que desprende y no solo por su intenso aroma a anís.

-Algunos no somos tan perfectos como el jefe- vuelvo mis ojos a los papeles intentando obviar la enorme sombra oscura de Komamura cuando se proyecta tras mi espalda.

-Komamura...-

-Sajin. Te he dicho mil veces que me tutees-

-Pues no me llames Senbonzakura. Pocos me llaman así, el que más lo hacía era mi padre y...me pincha el corazón al recordarle-

-Lo lamento, Sen- le sonrío cuando se disculpa sinceramente y meneo la cabeza. A los pocos segundos veo como un repartidor de comida a domicilio entra en la sala y deja una bandeja precintada con comida sobre la mesa. Sajin saca unos billetes de su cartera para dárselos al chico el cual se va tras despedirse.

-Sajin pero ¿qué? -

-Imaginaba que tendrías mucho trabajo acumulado y no te daría tiempo a comer. Si no te importa, te acompañaré- veo cómo se quita la chaqueta dejándola perfectamente colocada en una silla antes de arremangarse la camisa al sentarse. Dioses, de verdad que es enorme, cuando me dijo que medía casi tres metros realmente me sorprendió. No creo que haya ningún hombre tan alto como él en todo el país ¡incluso en el mundo entero!