Si Kookie se porta bien

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No estaba en absoluto preparado para enfrentar su mirada. Sabía lo que Tae estaba observando: decadencia. Se avergonzó tanto de la derrota que bajó los ojos. Jungkook era un infante entregado a los monstruos de su cabeza y ante el valor, ante la hermosa pureza de Taehyung solo podía tratar de ocultarse y esperar que se fuera.

Sintió la voz de su mamá, la vio pasar, abrazar y llenar con preguntas el silencio incómodo, mientras su papá decía algo acerca de lavarse y su hermano le tocaba el hombro. Taehyung respondía pausado. Aquella voz rítmica viajando profundamente hacía su corazón, llenándolo de dolor, dolor agudo, tal como se imaginaba los infartos.

"Qué alegría me da verte. ¿Ya has vuelto a Corea de tu gira?"

"Oh no sra. Jeon, estoy en un pequeño receso. Tengo que regresar a Europa la semana que viene"

"Estábamos  por cenar. Espero que tengas hambre, preparamos mucha comida"

"No quisiera abusar"

"Te extrañamos Taetae. Siempre vas a ser bienvenido"

Había empezado a transpirar, a imaginar los peores escenarios con Jungsun presente. Su intención era hablar y fingir una normalidad que no era tal, pero abría la boca solo para boquear. Cualquier cosa que dijera y que Cho considerara errónea podía ser el fin. ¿Por qué no se fue ese mismo día? ¿Qué hacía en Busán Taehyung, cuando debía estar a kilómetros de la mierda, siendo libre y feliz?

Cuando se sentaron, quedó enfrentado a Jungsun. La mirada insistente sobre él. Jungsun advertía, sin emitir palabra. Tae estaba a su derecha. ¡Oh dios! Podía sentir su aroma llenarle los pulmones. Estaba temblando. Acorralado.

"¿Te sientes bien? ¿Jungkookah?"

Cuando volvió su rostro para responder, se dio cuenta que estaban demasiado cerca. Los enormes y oscuros ojos de Tae, absorbiendo la luz del escenario y los personajes. Quedando en el centro, enfocando hacia él, hacia su miseria. Había conocido casi todos los mensajes de esa mirada y ahora estaban tratando de apaciguar sus nervios. Pero, y aunque sus hombros parecían anchos y seguros, y su mente lúcida, Tae no sabía que las alas del cuervo ya lo cubrían por completo.

"No me he sentido muy bien" logró contestar

"Acaba de perder un familiar. Es lógico" agregó Jungsun

Taehyung desvió su atención hacia la persona que le hablaba. Su mirada se tornó increíblemente amenazante. Fiera. Si no supiera de su corazón, quizás el mismo Jungkook hubiese temido. Jungsun en cambio le devolvió un rostro sin gestos. Impenetrable. Luego comenzó a comer, masticando con una lentitud pasmosa.
A él no le entraba nada. Hasta el agua parecía encontrar el camino de regreso.

"¿En qué parte de Europa vas a estar?

Jun-Hyun alejó las armas e inició lo mejor que pudo una conversación intrascendente. Su hermano era bueno en calmar o agitar aguas pero él solo necesitaba que el tiempo avanzara más rápido y que Taehyung se fuera de esa casa muy lejos. Que no lo mirara de esa forma. Que se llevara su voz oceánica a las profundidades. Que su boca dijera adiós una última vez y ya no más.

Donde debía decir 'se agotaron todas las entradas' él decía 'fue un público muy afectivo" donde debía decir 'entré en el top ten de Inglaterra' él decía "ellos son muy generosos'

"Nada de eso hubiese pasado si no fueras un ex integrante de Bangtan"

Así que donde Taehyung derramaba empatía y humildad, Jungsun lo salpicaba con envidia.

"Sé de dónde vengo. No hay nadie más consciente y agradecido de su pasado"

Y por alguna extraña razón, Cho no pudo sostenerle la mirada. Deslizó media sonrisa irónica y no volvió a emitir palabra.
¿Cuánto tiempo llevaban en la mesa? ¿20 minutos? Era una cantidad de tiempo increíblemente corta para sentir tanto y sostenerlo por dentro sin explotar. Tenía que tranquilizarse. Normalizar su respiración. Inhala, exhala. Inhala, exhala. Y al hacerlo se perdió en el perfume, en lo increíble e imposible que le parecía que el cuerpo del hombre que amaba estuviera respirando a dos centímetros en una maldición a medida: cerca pero intocable. A veces levantaba furtivamente los ojos y captaba su perfil. La belleza de Taehyung era algo que lo asaltaba como un milagro, incluso en los tiempos en que lo veía a diario. ¿Era real acaso? Refregaba maniático las manos sobre sus piernas, porque ellas ardían por tocarlo.
En algún momento el pie de Tae chocó contra el suyo. Al igual que las frases en código, los saludos, las pulseras, las canciones, el contacto era una forma de mostrar preocupación, afecto, seguridad. Jungkook no iba a soportar por mucho más. Se derrumbaría delante de su plato sin acabar.

Taehyung leave BTS [Completa]♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora