Tan fuerte como el bambú

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"Somos madera que agarró lluvia. Ahora no encendemos ni damos sombra. Tenemos que secar a la luz de un sol que todavía hay. Y ese sol solo puede nacer dentro de nosotros".Mia Couto

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Tomó el primer vuelo que su secretario le pudo conseguir. Algo le decía que si él se hubiera molestado en comprar su propio pasaje, ya estaría en Corea. Si él hubiera podido multiplicarse y poner su atención y dedicación en Yoongi, no estaría haciendo miles de llamadas, tratando de tapar lo que sucedía. Era tarde para arrepentimientos. Viajaba solo, porque Jungkook se había negado a regresar con él "No estoy listo" y pensó que era valiente al decirlo. Él nunca diría algo así. Siempre se llevaría todo por delante así no estuviera preparado. Por eso controlaba SM por completo desde la jubilación de su abuelo. Porque tampoco tenía tiempo para temer.
Las alturas le molestaban lo suficiente, eso sí. Viajar con su inútil secretario que no podía conseguir el nuevo número del hermano de Jimin, también.

Taehyung estaría allí. No lo dudaba. Eran sus hermanos, lo había aprendido del mal modo. Pero al hacerlo removería intensos debates acerca de la adopción de niños por parte de parejas homosexuales. Aunque en papeles no fueran hijos suyos, todo sería un revuelo por esas horas. Demasiadas cosas en las que ocuparse. Atrás quedaba Nueva York y el último gran concierto de Jeon. "Smashing Tour" finalizaba tal cual lo había diseñado. Quizás mejor. Bae recostó la cabeza un segundo, porque a partir de allí, no podría utilizar su teléfono. Se había llevado a Jungkook con la idea de alejarlo de taehyung.

"¿Qué quieres Jeon?"

"Cantar señor"

"¿Cuánto lo quieres? ¿cuánto estás dispuesto a sacrificar?"

El chico levantó los hombros. Lucía como esos adolescentes desordenados y rebeldes por los que las chicas no dejan de suspirar en secundaria. Le pareció casi ridículo tener celos de un niño. O peor, que Tae se hubiera obsesionado con alguien que de lejos bien podía parecer un cliché, un saco de testosterona, un tipo lleno de suerte que había logrado opacar a su brillante oso polar.

"No tengo mucho que sacrificar"

Bien, eso le había gustado. Al menos era honesto y podía ver su propio escenario sin pestañear. Así que le ofreció un viaje que Kim ya había recorrido, aunque sus reales intenciones fueran otras.

Lo rodeó de coreógrafos y bailarines afroamericanos, latinos y descendientes de coreanos, todos bellos, jóvenes, desinhibidos y principal y fundamentalmente: gays. De sonrisas amplias. De cuerpos serpenteantes.

De a poco su forma de bailar se fue modificando. Jungkook tenía un estilo disciplinado, fluido, pero fue logrando un sello particular, único, incorporado aquello que aprendía.
Se había encontrado a sí mismo no apartando la vista del baile del coreano, inmerso en una hipnosis de la que no escapaba hasta el final.

Era un niño.

Lo sabía.

A veces temerario.

Casi siempre lleno de miedos.

Pero con la suficiente fuerza como para resistir la soledad que le había impuesto. El ritmo infernal. La poca consideración.

Buscó un par de los mejores compositores disponibles en ese momento, que tuvieran una impronta pop, afín a él.

"El álbum será en inglés"

"No"

"¿Por qué?"

"No es mi lengua madre. No... se siente bien"

"Dijiste que no tenías nada que perder. Si vamos a conquistar el mercado anglosajón lo haremos en su lengua"

Taehyung leave BTS [Completa]♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora