Sinergia

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La vida siguió el curso, tal cual lo hace siempre con sus muertos. Con sus desaparecidos. Se sacudió el barro de las botas, las pelusas del saco, se acomodó el pelo y apuró el paso. Porque iba tarde. Porque aunque no haya un lugar al que llegar, siempre es tarde.

Aprendieron los nuevos temas y coreografías. Volvieron a sonreír para las cámaras. Eran evasivos con las respuestas. Apelaron al maravilloso perdón de Army. Se autoproclamaron sobrevivientes y vencedores. Negociaron nuevos contratos con nuevas marcas. Poco a poco, escalaron posiciones en los charts.

Jungsun soportó las comparaciones. Estoico puertas afuera. Porque algo le faltaba a su perfección. Estudiaba los gestos, las palabras, los movimientos, las miradas. Era un replicante incansable que no daba con su alma.

'Hoy cocinaré para todos' decía con voz grave y Jin lo amaba.

'Ya me sé la coreografía completa' y Hoseok lo abrazaba.

"¿Puedo ver cómo trabajas en el tema?" y RM sonreía.

"Jimin hyung, tengo que contarte algo" y Jimin se sentía necesitado una vez más.

En cuanto a Yoongi, bueno, ese era trigo de otro costal. No había forma de convencerlo de que quitara la cara de odio y desolación cada vez que el más joven se convertía en el centro de atención o buscaba expresamente la suya.

¿En cuanto a él? Sí, estaba seguro de que era quien peor lo llevaba. Porque lo había metido debajo de sus sábanas un par de noches. Tan desesperado Jungkookie, tan dejado a la intemperie. Abriendo brazos y piernas a un desconocido que lo invadía sin pedir permiso, que lo empujaba ahí donde dudaba. 

Y aunque no se sentía bien, Jungsun se transformaba camaleónico, no solo en eso que la empresa requería, sino en lo que cada miembro necesitaba.   

Ya nadie hablaba de cómo encontrar a Tae, menos de juicios, informantes de movimientos bancarios, micrófonos en el despacho de los CEOs y otros delirios semejantes. Imposible ganar una guerra ni siquiera declarada. Seguir tal cual estaban, era cómodo. El mal menor.

No lo decía en voz alta pero, Jungkook  había barajado las posibilidades más absurdas con respecto a su paradero. Que estaba muerto y enterrado como NN en algún recóndito lugar de China, luego de deambular todos esos meses, sucio, hambriento y con frío,  pidiendo monedas por una canción. Que se había cambiado el maravilloso rostro, con un cirujano a punto de enloquecer, y ahora era uno más entre desconocidos. Que Big Hit lo mantenía encerrado en una especie de casacárcel junto a su familia, sin ver la luz del sol. Pero la única posibilidad cierta, era que Kim había dejado atrás todo lo relacionado con BTS y había empezado de 0. Quizás con otro nombre, en un país extranjero, con el fotógrafo a su lado. Una casa frente al mar. Cuatro niños varones y una mujer. Pintando puestas de sol.  Yeontan ladrando de acá para allá, mordiéndoles los talones. Quizás fuera feliz. Mientras él, a su corazón vacío, le metía ejercicios, canciones tontas, caricias culposas, y dinero.

Un día libre y su corazón vacío.

J-Hope miraba videos desde hacía media hora con un reguero de comida chatarra a sus pies. Tenía una total concentración. Estaban solos y lejos uno del otro a pesar de compartir espacio en el sillón. En la mano de Jungkook el teléfono brillaba, pero su mente divagaba. Sin importar la situación, Tae sabría ser feliz. Y haría feliz a quien estuviera a su lado. 

Bajó a la tierra cuando escuchó su voz. El listado de YouTube contenía entre sus temas una edición de Blood sweat and tears. Honseok hizo el amague de cambiarla pero se quedó a mitad de camino. La gran pantalla estaba dividida. Eran versiones televisivas, de un lado con Taehyung, del otro con Jungsun. Un año de diferencia entre ambas. En ninguna de las coreografías había errores ni fallos en sus voces. Nadie podría señalar lo que las diferenciaba, pero la distancia era abismo.

Taehyung leave BTS [Completa]♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora