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"A veces, una persona puede salvar a otra por el mero hecho de existir"."La devoción de lo sospechoso", Keigo Higashino

....

Oh por Dios! ¡Míralos! ¡No tienen ni un poco de vergüenza!"

Gan tomaba con sus dos garras el rostro de Taehyung para obligarlo a mirar, ya fueran fotos o videos.

Había aprendido a no oponer resistencia desde esa vez que lo había arrastrado, limpiando con él toda la casa.

"¡Eres una perra! ¡PUTA! ¡siempre lo fuiste! Un lame culos profesional, debí imaginarlo, las putas nunca cambian"

Por poco y no había dislocado sus brazos. Conservaba moretones de recuerdo, aunque, ciertamente, no estaba entre sus posibilidades olvidar.

Gan, despojado de todo disfraz, era peor que la más tenebrosas de sus ideas. 

Allí estaban sus rasgos terrenales... sí, desfigurados por la rabia, pero no había dudas de que Gan era Gan, el padre de sus hijos, al que había encontrado en un museo, el que hablaba de obras de artes con devoción.

El real miedo sobrevino al mirarlo a los ojos. No había logrado dar con ningún vestigio humano allí adentro, ninguno ¡por dios!  ¿Era posible la ausencia de alma? Taehyung temblaba al reconocer que el odio podía comerse todas tus partes buenas y seguir con hambre.  Entonces era fácil comenzar a devorar a los otros, con un placer demoníaco. Porque Gan lo odiaba y algo se revolvía de placer al hacerlo.

Todo eso pensaba mientras era insultado y llevado y golpeado.

Gan tenía en sus brazos la fuerza que no había tenido nunca con su disfraz de humano.

En el fondo, Tae, no quería reconocer lo bajo en peso que estaba y que un viento muy fuerte también podría llevárselo.

Ese día intentó no quejarse ni negarse al maltrato.

Era un muñeco de trapo, dejando sus tripas de algodón por aquí y por allá, chocando con los muebles, rechinando contra la madera del piso. Un muñeco sin voz para gritar.

Su mente se había desactivado en una desesperada estrategia de supervivencia. Ni siquiera ocultó que había estado tratando de comunicarse con Jungkook. Pensaba en sus hijos que dormían en la calidez de sus camas, inocentes, pero no del todo a salvo. Pensaba en los infinitos hilos de su trampa que estaban a punto de romperse.

Jae-gyu escupía sobre su rostro. Muy lejos en apariencia del hombre que ahora miraba televisión con sus hijos.

"¿Qué ibas a hacer hijo de puta? ¿Huir con él? ¿Dónde está? ¿Está aquí, en Alemania?"

Él estaba de rodillas. En una posición de ejecución. Lloraba. No había forma de detener la humillación y el miedo ¿Y por qué se llora después de todo? El agua empieza a borrar los contornos, nada es firme... el agua trata de contar lo que se ha tragado la oscuridad. Le dice al otro sobre el dolor. Le dice que se detenga, que es suficiente, que ya no quiere más, que ya no puede más.

Pero Gan no hacía caso y tironeaba de su pelo cada vez más fuerte, esperando una respuesta que le afirmara lo que quería escuchar.
Ojalá y ninguno de sus pequeños despertara.

"No. Él no vuelve" balbuceaba "No va a volver. No. No vuelve. Ni siquiera atiende mis llamadas"

El destino del aparato había sido la pared. Taehyung le confesó que había extraído sin permiso el teléfono a Da Hae, sin que ella lo notara.

En ese punto, él no parecía tragarse ni una verdad ni una mentira.

Tenía la cara congestionada por el esfuerzo y respiraba pesado.

Taehyung leave BTS [Completa]♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora