Taehyung leave BTS [Completa]♡

A tí, junto a mí

"Dale a cada día la oportunidad de convertirse en el día más hermoso de tu vida".Mark Twain

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De nuevo... no había ninguna reacción. Incluso la brisa no tenía nada que mover allí.

Quizás el sonido del mar y el graznar de una gaviota perdida en la noche, o la lejana música de una fiesta, convivieran temporalmente junto a ellos.

Pero lo cierto era que, en ese pliegue de la realidad, el exterior era tan débil,

que se había apagado.

Todos sus sentidos envueltos por Taehyung...

Hasta un segundo antes de entrar por la puerta solo se había dejado llevar por sus impulsos y ahora se encontraba paralizado.

¡Vamos! ¡Reacciona! ¡debes hacer algo! ¡algo! Algo que te asegure que es real...

Entonces caminó despacio.

La precariedad del momento donde Taehyung podría simplemente difuminarse, lo obligaba a ser cauteloso y medido.

Le hubiese gustado tener un espejo para verse. Seguramente estaba despeinado y había arrugado y manchado su camisa.

La madera rechinó asustada.

¿O él lo estaba?

Se apoyó, aferrado a la baranda, y esperó.

Bien. Aparentaste calma y seguridad y madurez. Lo hiciste perfecto, fantástico. Si logras recordar como se respira Kook vas a poder reestablecer tus latidos y estarás mejor. No sospechará nada. No sabrá que te duele.

Bien

¿y ahora qué?

¿está en verdad aquí, contigo? ¿Y por qué no escuchas su voz? No tuvo reacción a tu saludo, JK. Ni un pestañeo.

Mientras él lo inunda todo para ti, tú no eres más que el sonido del mar, el graznar de una gaviota o la lejana música de una fiesta.

Está bien, puedes soportarlo.

Kim, Kim... di algo, reacciona por favor...

¿Taehyung?

¿Taetae?

¿Estás ahí?

¿Dentro o fuera de mi cabeza?

Voy a enloquecer, sí, estoy enloqueciendo, disimulando como mejor me sale una paz que no siento, porque las razones por las cuales podrías haber venido, a ciencia cierta, destrozarán mi corazón, todo atado con precariedad. Sostenido por una fina telaraña de oro.

¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿diez minutos? ¿cinco? ¿solo uno?

Las luces del interior proyectaban su propia e inquietante película con la figura de Kim.

Su hermoso y sombrío rostro herméticamente sellado.

Se había esmerado en su aspecto. Como si fuera a presentaste en un misterioso escenario en un último acto para un solo espectador.

El corazón se le detuvo ante la idea, nuevamente.

¿Qué buscaba allí, vestido de esa forma? No solo su ropa, su pelo, su maquillaje... el esfuerzo por verse bien era notable, y sin embargo, se había escondido la mayor parte de la noche. Hacía tanto tiempo que no lo veía de aquel modo que le fue imposible apartar la mirada.