Taehyung leave BTS [Completa]♡

Cuando te apagues aquí

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No digas adiós como dices agua o viento, ese adiós puede ser la última cosa que compartas con alguien...

Desde la muerte de su abuelo, había sido cuidadoso en no irse sin abrazar antes, en no abandonar el rostro amado sin dejar una mirada detallada. Una mirada, pensaba Tae, capaz de recuperar las líneas y puntos que unen la constelación de una cara. Por si acaso el destino no le diera otra oportunidad y tuviera que andar por la noche mirando el cielo. Llamando desde el arrepentimiento.

Hacía un año atrás había besado largamente a Jungkook. Le había contado de esa forma que nunca dejaría de amarlo porque su alma se había confundido de cuerpo. Y ahora lo habitaba como las maldiciones o las fatalidades. Y ahora una parte de sí mismo dormía por dentro de Jungkook sin querer regresar.

Había recorrido el contorno de sus facciones para dejarlas marcada en las yemas de sus dedos.

Porque comprendía.

Era un adiós tangible e irreversible.

Definitivo.

Como la muerte.

Todo eso pensaba Kim Taehyung al ver a Park Jimin.

Era la primera vez que estaba ante su hyung lúcido. Jiminshi era en ese preciso instante dueño de cada recuerdo que había construido concienzuda o accidentalmente a lo largo de sus veintiséis años.

Pero tan frágil.

Un pequeño aletear de pájaro incapaz de levantar vuelo.

¡Entendía ahora la preocupación de Bae y Yoongi! ¡Había sido tan iluso! se había engañado como el idiota que era, solo porque era más cómodo y fácil creer que todo pasaría.

Trató de sonreír.

"No vas a engañarme V hyung, sé cómo me veo. Como me veo es como me siento"

"No es por eso Jiminshi"

Pero no iba a decirle nada de lo que pensaba. Se sentó muy cerca y continuó con la ardua tarea de querer sonreír.

"Estoy muy feliz de verte"

"Yo también. Tardaste"

"Lo sé"

Apoyó con suavidad su mano sobre la más pequeña. El calor corporal de Jimin no era normal.

"Así que ya eres padre"

"Oh! ya los conocerás. Crecen tan rápido"

Pero eso le había dicho otras veces por teléfono, sabiendo ya que era mentira. Que el dulce bailarín de Busán nunca los vería.

"Soy tío"

"Eres tío"

Sonrió de nuevo porque quizás era lo último que le dejase. Una sonrisa una palabra una afirmación de que estaría bien porque era parte de los caminos invisibles partir antes de tiempo y anidar en lugares lejanos e inhabitables para los huesos y no pasaría nada el amor tendería otras formas para salvar las ausencias.

Pero por dentro, mientras trataba de mostrar los dientes, se derrumbaba. Un pedazo. Otro pedazo. Pocos habían ocupado su corazón tan firmemente sin importar las circunstancias.

¿Qué haría él en el instante en que Lee lo llamara para asistir al funeral y tuviera que buscar en su guardarropas un traje negro?

¿Y cómo detendría Jin el llanto cuando la cáscara vacía de quien fuera su donseang no pudiera reír más?