En el Monte Kariwang

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Con el motor apagado, el frío se había apoderado de sus manos y sus pies. Él, que amaba las bajas temperaturas, de pronto se sentía a la intemperie y renegaba de los últimos coletazos del invierno.

Todo ese frío que se le metía en el pecho después de que Jungkook fuera detrás de un narcotraficante donde sus ojos no lo podían seguir.

Jungkook tragado por una puerta oxidada.

Se aferraba fuerte al volante, por si acaso. Esperaba que los ángeles estuvieran atentos esa vez, porque siempre parecían mirar para otro lado cuando de ellos se trataba.
Podría prometer a cambio que cuidaría de Yoongi a partir de ese momento, pero les estaría mintiendo. Y los ángeles odiaban las mentiras.

Tae se iría Japón.

No cuidaría a nadie.

Se iría.

Un viento melancólico se levantó meciendo los árboles.

No mucho más se movía por esas calles. De pronto pensó que el peligro estaba tan adentro de la casa, con gente sin rostros poseída por sus vicios, como allí. No debieron separarse. No debieron separarse ahora ni antes. Cuando estaban juntos Taehyung protegía a Jungkook y Jungkook a Taehyung. Así habían sobrevivido.

Cuando recibió la llamada sus palpitaciones se aceleraron hasta el dolor. ¿De verdad era él? Atendió orando, orando porque lo fuera. No quería a otra persona del otro lado contándole malas noticias. Respiró nuevamente cuando su voz grave dijo "¿Taehyung? Y pensó en cuanto le gustaba esa voz y la forma en que pronunciaba las palabras, su nombre en especial.


Le preguntó si estaba bien y dónde estaba al mismo tiempo. Cuando escuchó "Con Jiminshi" enloqueció ¡Debía sacar a su donseang de allí! ¡No iba a dejar que siguiera exponiéndose por nada! Habían pasado los 15 minutos pactados.

Lo llamó un par de veces pero dio con el contestador. Sabía que eso no funcionaría. Avisar a la policía y que Jungkook terminara arrestado era otra mala opción.

Debía entrar y sacarlo él mismo de allí.

Pero no tenía forma de franquear la puerta y los muros eran demasiado altos como para saltarlos.

De nuevo cerró los ojos y rogó. Quería creer que allá arriba existían muchos seres brillantes dispuestos a tenderle un lazo de salvataje. Seres como sus abuelitos.

Vamos, por favor. Necesito saber que no estoy solo. Que no me dejaron solo. Ustedes nunca me dejarían solo. Nunca. De todas las personas que me amaron, ustedes jamás me abandonarían.

Abrió los ojos. Dos chicos muy jóvenes trataban de entrar a la casa. Estaban fallando miserablemente en el intento y se reían. Supo que sus rezos habían funcionado de alguna forma.
Salió del auto. Se acercó cuando ya habían logrado abrir la puerta y estaban por ingresar. Los saludó y ellos lo reconocieron.

"¿En serio eres tú?" preguntó el más delgado

"No sabíamos que también estabas en el grupo" reclamó el más alto. Iban bien vestidos. Eran atléticos. Lindos de rostro. Casi niños.

"Ah, es que no suelo estar mucho en Corea, y de hecho, soy nuevo en el grupo" Tan jóvenes. Como si fuera temprano para oscurecer de ese modo.

Tae sabía hacer amigos rápido, era su don. Un genuino interés por las personas que lo rodeaban, una sonrisa de bienvenida, una mirada entre cálida e ingenua. A veces se esforzaba demasiado. Apabullando ante el temor de ser rechazado. Con los años se había tranquilizado. Con las heridas se había alejado.
Pero le fue fácil entrar con ellos. Hacerlos reír. Incluso quiso aconsejarlos. Algo complicado de hacer considerando que se había presentado como parte del 'grupo'.

Taehyung leave BTS [Completa]♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora