Una equivocación desde el principio

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"¿Qué hay de malo en sentir nostalgia? Es la única distracción que les queda a los que no tienen fe en el futuro".

La grande bellezza, Paolo Sorrentino (2013)

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Habían entrado a ese lugar básicamente por JK. Diez minutos antes le había dicho muy determinado "Me estoy muriendo de hambre V hyung, y voy a comerme todo lo que se me ponga por delante si no nos detenemos en algún sitio" y al decirlo escaneó su cuerpo. Fue lento, morboso y descarado. No hacía falta morderse el labio ni sonreír de lado. Por supuesto que no. Ya estaba alterado desde antes, desde mucho antes, desde que su lengua le entró como proyectil, destrozándolo por dentro. Todo fluido que pudiera expulsar encontraba grietas en él, y eso era muy malo para su estabilidad emocional. Se habían separado. Jungkook estaba dopado. Taehyung, por consiguiente, debía ser el adulto responsable allí, el que recordaba.

Por la hora fue complicado hallar un restaurante. Caminaron por una zona llena de ellos. La mayoría estaban atiborrados, otros no se veían agradables. A los diez minutos de estirar cuellos y mirar desde afuera, al fin dieron con uno que cumplía los escasos requisitos: se veía aceptable y contaba con asientos vacíos.
853 era un sitio popular, reconocido por su buena gastronomía. Pero curiosamente tenían pocos clientes. Algo le decía a él que los precios estarían fuera del bolsillo de nativos y también de extranjeros.
Jungkook conocía el lugar "La barbacoa de cerdo de aquí es lo mejor que te puede pasar" y luego mencionaba el plato de fideos de trigo sarraceno picante, restregándose las manos con ansiedad. Ambos eran buenos comensales, de buen apetito, entregados a la comida como a otros placeres: con intensidad.

Aromas increíbles comenzaron a llenarlo de hambre. Contagiado por la sonrisa de su compañero, la música instrumental, y las conversaciones distendidas, pensó que no sería una noche tan mala. El mozo en la entrada les dio la bienvenida, con su rigurosa venia. Impecable y con bastantes años encima, tenía sin embargo una cara lisa, libre de expresiones.

"Un lugar para dos" le dijo Jungkook. Pero solo bastó una mirada del hombre hacia él para que las cosas cambiaran. Taehyung había bajado su barbijo lo suficiente. Fue tan incómodo la forma en que el extraño se tomó licencia para analizarlo y juzgarlo en el proceso. Pero no bajaría la mirada. Aunque sostenerla le significara vaciarse de esperanza. Luego negó con la cabeza y su voz endurecida acompañó el gesto

"Lo siento señores. No tenemos más lugar"

"¿Cómo? ¿En serio? ¡Pero yo veo mucho lugar libre!"

Le respondía su dongsaeng, ingenuo, ajeno, libre de la soga que ahora el otro colocaba alrededor su cuello. Jungkook olvidaba. Olvidaba quién era Taehyung: el hombre que había confesado su sexualidad con videos filtrados, con videos oficiales, con noviazgos de conocimiento público. El tipo que había salido a decirle a sus gobernantes que los protegieran. El tipo que miserablemente no había conseguido que algo cambiara, más que las miradas que ahora se posaban en él. Miradas de reprobación, asco, y prepotencia.

"Fíjese señor, por favor"

"Están reservados"

"Ya es tarde, esa gente seguramente no vendrá"

"Jungkook"

Su voz se hizo chiquita al llamarlo. Al moreno le bastó darse vuelta y observarlo un segundo. Él tuvo que tragar saliva ante la expresión de incredulidad de Kook al entender. Porque no era lo mismo ser insultado de manera abierta por drogadictos que apenas controlaban sus esfínteres. No, eso era distinto. Era un restaurante donde las familias, los amigos y los novios podían entrar, pero que se reservaba el derecho de admisión. Y aunque nunca lo admitieran, la comunidad LGBT estaba excluida. Taehyung estaba excluido. Afuera. Como lo estuvieron los negros y los judíos, como los perros, del otro lado del vidrio. Un precio alto.

Taehyung leave BTS [Completa]♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora