Perdón

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"Tomados de la mano, corrieron y corrieron por el presente y el pasado, corrían y corrían hasta hoy y ayer"

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Succionar como un niño, como un crío que necesita del alimento del seno materno. Estirar los labios en busca del pezón del que no sale leche

pero

definitivamente

placer.

Las manos se encuentran justo en el medio del temblor: no sabe por dónde asir la fuente, ni como equilibrarla.

Tantos años sufriendo sequía. 

Derramar una gota en el suelo de pronto le parece trágico y quiere lamer y lamer. Taehyung está desnudo y nada debe salir de él que pueda perderse que no pueda absorber incorporar a su cuerpo deshidratado a punto de resquebrajarse.

Todo se vuelve borroso a medida que el oasis se empaña.

Trata de recordar cómo encontraron el camino a la cama, porque el desierto borra sin piedad y es del color del oro su piel, y su nombre. Una vez escribió el de los dos en la arena, pero es distinto.

El viento sopla.

Solo queda él.

Ellos.

Siente las manos más ásperas que la última vez. Lijan. Raspan. Dibujan sobre los tatuajes nuevas formas. Pasan cortando cualquier pensamiento que no tenga que ver con el presente donde Jeon Jungkook se quita con la camiseta una piel antigua que ahora no necesita que no necesita más que se deshace entre los dedos.

V hyung toma el anillo que cuelga de la cadena en su cuello. Brilla. El metal se derrite en sus ojos. Es posible. No tiene tiempo de descubrirlo porque tira de los eslabones hacia abajo para beber de su boca. Y está bien. Se deja. Se deja beber. Porque todo el cuerpo, desde los dedos de los pies hasta la punta de su cabello es una desiderata. Su desiderata. Desea cada cosa de Taehyung. Necesita. La lengua extensa se curva para envolver la propia. Sus piernas tienen el mismo movimiento. Rodea. Aprisiona. Y nunca se sintió tan libre dentro de algo. De alguien. Así que se zambulle. Se mueve. Tal vez debajo del agua no se pueda ver el fuego. Pero lo siente crecer. En sus entrañas: una hoguera. Debajo del agua las llamas brillan como el oro como el desierto como la piel de Taehyung como las escamas de un inmenso y magnifico dragón.

Un dragón que comienza a despertar. 

El aire se quema. Así que necesitan espacio.

Un largo hilo de saliva los une cuando se separan. Lo mira. Es tan hermoso que muere. Es tan hermoso que le caminan miles de miles de insectos. Hormiguean. Pasa su nariz por el cuello y huele a sal y a lluvia a profundidades que dicen su nombre.

"Jungkook" es la voz grave en el pozo. Pide. Kim Taehyung comienza a refregarse ansioso y él aún está semidesnudo. Va y viene. Es un trance. Quiere su pene dentro del cuerpo ajeno con una vergonzosa desesperación, pero quiere que sea en cámara lenta. La idea de culminar y tener que dejarlo abre un abismo.

Finalmente cede.

Se libera del resto de su disfraz de hombre pudoroso. Tae se sienta para mirar mientras lo hace. Lo recorre en un sentido y en otro. Es hambre. Si pudiera aullar y acoplarse como un lobo lo haría. Porque el deseo es primitivo y se encuentra a sí mismo listo para regresar a los orígenes de ese deseo.

Vuelve a ponerse encima. A permear su piel con un sudor que no es suyo. Se desliza. Se mueve. Seguramente es un sueño. Uno que ha tenido cada noche en la que estuvo solo o acompañado.

Duele. Se friccionan sensibles los miembros. Tan erectos. Se unen. Se igualan en placer. Se besan en su idioma mientras escupen un líquido sin color que los deja resbaladizos.

Él quiere decirle cosas. Un poema que nunca escribió. Quizás cantarle. Pero solo puede gemir. Es un cama que rechina y se desarma y se mueve con más ganas con más ímpetu. Sus dedos comienzan a buscar. Hacen un caminito por la entrepierna, pero otros dedos los detienen. Grandes ojos piden otra cosa. Son tan grandes que ocupan toda la habitación.

Cede otra vez.

Boca abajo deja que el dragón se sacuda las alas sobre él. Desliza su miembro suavemente por la línea de su espalda hasta llegar a la de su trasero y es oro en polvo el rastro que va dejando frío sobre él.

Hay un sonido de sorpresa detrás de su oreja. Un retener el aire. Jungkook no entiende. Taehyung presiona los labios sobre su cuello, sobre su último tatuaje. Un oso polar. Un pequeño oso polar geométrico. Un dibujo entre tangram y constelación.

Su oso del invierno.

Taehyung llora y se abraza a su espalda. Llora igual que un niño.

"Te amo" le dice.

Jungkook se da vuelta porque no soporta la forma en la que sufre.
No eres una pequeña luciérnaga a punto de morir, quiere decirle, eres un dragón saliendo del fondo de su hibernación.
En cambio lo besa. Lo besa con tanta pasión que se come toda lágrima todo hipo toda tristeza incluso se come el futuro que los espera.

Los labios de Tae son dóciles y blandos y luego tan demandantes y firmes, no ha probado nada que lo lleve así de alto y desde esa altura ve agua y desiertos y estrellas que guían.

Deja que Kim introduzca una parte de su cuerpo dentro de él. Lo acomode. Lo saque y lo vuelva a meter en ritmos que tienen a su corazón temblando. Había olvidado que podía sentirse de esa forma. Así que lo deja. Le permite todo. Deja que bese una y otra vez el final de su cuello donde su oso descansa. Deja que lo masturbe sin concesiones a un ritmo demencial. Deja que lo arañe al empujarlo. 

Consigue tocar lo más sensible por dentro y por fuera.

Así que libera un "Te amo" en el mismo clímax, en el mismo momento en que su cuerpo también lo dice.

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Como soy la escritora y hago lo que quiero, quise tomarme esta licencia (incluso cambiando el tiempo verbal). Acá no pasa nada. Pero pasa todo. Perdón si no cumplo con lo esperado. Pero es malo esperar cuando nunca fui predecible 🤣

Taehyung leave BTS [Completa]♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora