5-. PERSISTENCIA.

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Dongpyo se despertó temprano aquella mañana. Aunque sabía que era de día, mantenía los ojos cerrados. Tenía ese abrumador miedo de que todo lo sucedido el día anterior había sido un sueño. De que realmente no había ido con su compañero y que cuando abriera los ojos estaría en su fría habitación.

Cuando abrió los ojos todos sus miedos se fueron. La habitación estaba iluminada por la luz del sol, observó el techo, era de madera, no de piedra, entonces supo que todo era real. Se incorporó un poco y las mantas se resbalaron hasta su regazo, el aroma de Seungwoo era tan perceptible, llenó sus pulmones con el.
Dongpyo recordaba haberse quedado dormido en casa de Wooseok después de darse un baño con agua caliente la noche anterior, entonces Seungwoo debió ser quien lo llevó a casa después... una extraña felicidad le inundo el pecho al pensar eso.
Se levantó, se puso las botas y bajó al primer piso de la casa, con sus holgados pantalones casi arrastrándose en el piso.

Seungwoo dormía boca arriba, con el torso desnudo y las mantas enredadas en las caderas. Dongpyo no sabía si ver a una persona mientras dormía era de buena educación o no, pero de todas formas se acercó al improvisado nido de mantas y almohadas para observarlo.

Dormido, el alfa lucía adorable, sin sus facciones tensas o el ceño fruncido. Estaba simplemente relajado. Dongpyo quería verlo más así, como si realmente no fuera ninguna preocupación para Seungwoo tenerlo rondando por ahí.

—¿Qué tengo que hacer para que me quiera? —se preguntó a sí mismo en un susurro.

Seungwoo abrió los ojos de repente y se sentó. Dongpyo dio un paso atrás por la sorpresa.

—¿Qué haces? —preguntó Seungwoo, se pasó la mano por el pelo y movió un poco su cabeza, intentando desperezarse.

—Na... nada.

El omega estaba nervioso, ¿Y si Seungwoo se enojaba por despertarlo? ¿O por verlo mientras dormía? Dios... él no sabía mucho sobre alfas. Había escuchado de madres que les enseñaban a sus hijos e hijas como ser buenos omegas, a complacer y calmar a su alfa, pero su madre no le había enseñado más que a leer y preparar infusiones extrañas.

—¿Hace cuánto que estás despierto? —preguntó tranquilamente Seungwoo.

—A penas he bajado.

El alfa asintió, bajó su mirada a su regazo cubierto de mantas, entonces recordó su desnudes. Él había decidido dormir en su forma de lobo, aunque debió cambiar de nuevo mientras dormía, eso lo confundió.

—¿Podrías... salir para que me vista? —dijo tranquilamente.

Las mejillas de Dongpyo enrojecieron y desvió su mirada, dándose cuenta de ese detalle.

—Claro... —murmuró Dongpyo.

Sólo cuando el omega sale de la casa, Seungwoo puede soltar todo el aire que contuvo en sus pulmones. Se había dormido totalmente, ni siquiera se dio cuenta cuando Dongpyo despertó, estaba tan desconcertado por haber bajado tanto la guardia. Pero para ser sincero, el aroma del omega flotando por su casa era relajante...

Seungwoo se levantó, tomó su ropa y comenzó a ponérsela, cuando estuvo listo salió de su casa. Contrario a lo que esperaba, Dongpyo no estaba afuera. Un punto de pánico se precipitó a su pecho, pero se obligó a relajarse, nadie podía hacerle daño con él cerca, se habría dado cuenta si algo estaba mal. Se dirigió a la casa de su hermano y entró por la puerta trasera, podía oler a Dongpyo ahí.
Se detuvo en la puerta de la cocina, escuchando a las tres personas sentadas a la mesa hablar.

—Sé que no le agrado mucho... —murmuró Dongpyo.

—Bueno... si no está totalmente dispuesto a protegerte y proveerte, nosotros lo haremos —dijo Wooseok.

Stay With Me. [SeungPyo - X1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora