43-. ENTRELAZADO.

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Se removió inquieto mientras se despertaba, notando que estaba enredado en las mantas y, además, no estaba rodeado de la tibieza familiar con la que despertaba siempre.

Dongpyo gruñó por lo bajo y abrió los ojos lentamente, encontrándose con la luz que ya bañaba la habitación.
Conforme la espesa nubla de sueño se alejaba de su mente, sus recuerdos comenzaron a hacerse más claros y reales. Sintió perfectamente cómo el calor subió a sus mejillas y de forma inconsciente, su mano se alzó para tocar el costado de su cuello.
Se sentía... diferente. Como si todos estos años hubiese estado medio dormido y al fin estaba despierto por completo.

Se incorporó hasta quedar sentado, tomó el borde de una manta y se llevó las manos hasta el pecho, no estaba cubriéndose por vergüenza, ni de frío (la chimenea estaba prendida) en realidad quería sentirse rodeado por algo. Jo, que realmente quería muchos mimos y la persona que más quería que se los diera no estaba ahí.
¿A dónde habrá ido Seungwoo? Extrañamente, después de hacerse esa pregunta, de alguna manera Dongpyo supo que el alfa estaba cerca. No era nada sobre percibir su aroma o escuchar el latido de su corazón, no, éste conocimiento surgió de repente y fue una afirmación.
Pero estaba demasiado necesitado como para ponerse a pensar a profundidad sobre ello.

—¿Seungwoo? —en realidad formular palabras se le dificultaba por el nudo que comenzaba a formarse en su garganta. Ni siquiera podía evitarlo—. Seungwoo...

Dongpyo soltó la manta y se limpió las mejillas cuando algunas lágrimas corrieron por ellas. Tenía tantas ganas de llorar, ni siquiera lo comprendía. Dejó de intentar limpiarse las lágrimas cuando éstas no dejaron de bañarle el rostro, al contrario, ahora eran acompañadas por pequeños quejidos ahogados que salían de sus labios.

Siguió repitiendo el nombre de su alfa hasta que éste volvió a la habitación, vestido, con una bandeja de comida en las manos y sobresaltado. Seungwoo parecía un poco alterado al principio, hasta que su expresión se suavizó, dejó la bandeja sobre el suelo y se acercó hasta poder arrodillarse sobre el nido, donde Dongpyo lo esperaba con un puchero.

—¡Seungwoo! —se quejó el omega, tomó de los hombros al alto y acercó el rostro hasta su cuello para olerlo, aún hipando lentamente—. No estabas aquí...

—Oh, dulce omega, lo lamento —respondió Seungwoo con suavidad, acarició los cabellos del menor y soltó un suspiro cuando una cálida lengua dejó un par de lamidas sobre su piel—. Ya estoy aquí. Preparé comida para ti.

Dongpyo tuvo interés al escuchar sobre la comida, pero no quería alejarse. Le gustaba el aroma de Seungwoo, era agradable y le hacia sentir una cómoda calidez en el pecho. Se acurrucó más en el cómodo hombro, aún con la nariz pegada a la piel mientras tomaba profundas respiraciones. Gimió cuando una mano un poco fría comenzó a acariciarle la espalda, dando un masaje con la yema de los dedos sobre su piel, se sentía realmente bien.

—Estoy cansado —susurró, con voz lenta.

Seungwoo sonrió un poco y siguió dando masajes circulares en la espalda de su omega. En ese momento se sentía muy dichoso, tenía a su mundo entero entre los brazos.

—Voy a cuidar de ti, dulzura —respondió con gentileza.

—Uhmm... —el menor balbuceó algo contra el cuello del alto antes de separarse, frotó su ojo con el dorso de la mano y sonrió ligeramente—. Tengo hambre.

El alfa sonrió y se inclinó hacia adelante para besarle la comisura de los labios y la mejilla.

—Eres el ser más dulce y hermoso —le dijo con extrema dulzura, abrió los labios y cubrió los de Dongpyo con suavidad.

Stay With Me. [SeungPyo - X1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora