Stay With Me. [SeungPyo - X1]

Especial 4-. LUZ.

—Realmente no sé qué estabas pensando —dijo Seungwoo, mientras le tendía la mano a Yohan para ayudarlo a subir.

Yohan se sentía muy avergonzado en ese momento, ahí, colgando del precipicio que separaba a la manada del Norte con la del Oeste. Ese lugar quizás alguna vez fue plano, pero parecía que se había partido en dos, una parte del río desembocaba ahí y hacía su caída libre hasta chocar con las numerosas rocas que había abajo; los jóvenes normalmente se retaban a saltar del otro lado.
Puede ser muy tonto que él aceptara hacerlo también, pero no quería parecer cobarde por no aceptar.

—Yohan —llamó Seungwoo, pero el mencionado una vez que estuvo de pie hizo su camino por el sendero—. Realmente no es educado ignorar así a tus mayores.

—¿Qué esperas que diga? —dijo Yohan, sin voltear—. Soy tonto, sólo eso. 

—No, no lo eres, por eso estoy sorprendido.

—Me retaron, ¿vale? —admitió, sintiéndose enfadado de repente—. Quería probarles que soy igual de valiente que ellos.

Yohan estaba realmente cansado de que lo trataran como débil, todos los chicos de su edad le decían que era muy blando y casi casi renegaban de él siendo alfa, pues se pasaba los días ayudando en el cuidado de su hermana menor, que siempre estaba enferma. Al principio, él no encontraba nada de malo en ayudar con las labores de su casa, pero los comentarios fueron haciéndolo sentirse incómodo, hasta el punto en el que sentía rechazo de realizar esas "labores de omegas". Y sentirse así era horrible, porque ahora que su padre había muerto, su madre necesitaba esa ayuda.

—Las personas valientes no buscan probar la valentía, y menos de formas tan sin sentido —dijo Seungwoo, mientras caminaba detrás de su amigo—. Arriesgarse por nada no es de valientes.

—Es fácil para ti decirlo.

—¿A qué te refieres?

—Tu nombre ya está en la cima —dijo con obviedad.

—De hecho, no —replicó Seungwoo—. El nombre de mi padre está en la cima, no el mío.

—Da igual, no tienes que preocuparte por darle honor a tu familia.

—Y tú tampoco, eres muy joven, hay mucho tiempo por delante.

Yohan lo ignoró y siguió caminando. Por supuesto que Seungwoo no lo entendía, pues ya tenía un padre considerado el más grande entre todos, honrado por todas las manadas, y el honor de su familia estaba asegurado las siguientes generaciones.
Cuando el silencio se extendió un largo rato, Seungwoo añadió:

—Mi padre nunca hizo todo lo que hizo pensando en el honor que eso traería, era amable, generoso y compasivo porque le nacía, ayudaba a proteger y proveer a la manada porque era parte de ella, su hogar. Él no murió por nuestro líder en busca de la gloria, murió salvando a un gran amigo, a quien consideraba un hermano.

Yohan estaba escuchando con atención, manteniéndose en silencio, así que su mayor prosiguió.

—El orgullo y honor no lo es todo, si haces cosas sólo buscando reconocimiento, probablemente nunca te sientas satisfecho —se detuvo un momento, lo justo para mirar al cielo—. ¿Recuerdas al segundo del líder del Este?

—Sí.

—Bueno, él tiene honor y gloria, le llaman fiera y tiene respeto, y su nombre será recordado ¿pero a costa de qué? Ha matado el triple de hombres del número de su edad, ha tomado y marcado más omegas que nadie, es cruel y despiadado, lo respetan porque genera miedo. Mi padre no hubiera deseado ser considerado en la misma categoría que ese hombre, y tú no debes aspirar a ello, aspira a ser tú mismo.