29-. CUERDAS.

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Seungwoo se quedó sentado sobre la nieve, frente a su casa, hasta que el sol comenzó a ocultarse.

Todos se habían ido ya, y él debía ir con Seungyoun para recoger la carta que le pidió y después partir a la manada del Oeste. Tenía la sensación de que algo estaba ocurriendo, y él debía saber qué era, entre más pronto lo descubriera, podía pensar y planear con claridad.
Pero antes debía hablar con Dongpyo, quien parecía triste e incluso, enfadado.

Algo amargo crecía dentro de Seungwoo cuando pensaba en lo mucho que pareció afectarle al omega el ver a Jewon. Y sabía que no debía sentirse así. Ellos crecieron juntos después de todo, había años y años de recuerdos guardados.
Recuerdos de los que él no era parte, y de los cuales no debía sentirse celoso.

Suspiró, relajándose, y se levantó.
A dentro, Dongpyo estaba sentado en los cojines de la sala, cabizbajo. La poca luz que aún entraba por la ventana y la que emanaba de la chimenea encendida, era suficiente para hacer que sus ojos brillaran.
No lo oyó entrar o decidió simular que era así, de la forma en que fuera, a Seungwoo no le gustaba la sensación.
Se sentó frente a él, sobre los cojines y estiró la mano hasta tomar la pequeña y suave mano del omega, la llevó a sus labios y le besó los nudillos, uno por uno.

—Estás a mi lado, y aún así, pareces estar tan alejado —dijo, con toda la suavidad que pudo—. Incluso si no quieres compartir conmigo como te sientes, quiero que sepas que voy a estar siempre aquí para ti.

Dongpyo alzó la mirada, ahora sus ojos brillaban con lágrimas. Llevó su mano a la mejilla del alfa y la acarició con suavidad.

—Lo lamento... —dijo, tomó una respiración profunda y continuó—. Yo sólo estaba... sintiéndome molesto por cosas sin sentido.

—No son cosas sin sentido si te han preocupado tanto, ¿quieres hablar de eso?

Dongpyo soltó un bufido y se dejó caer hacía atrás sobre las almohadas, cubriéndose el rostro con las manos.

—No realmente, quiero dejar de pensar en eso, no valen la pena.

Seungwoo sonrió ligeramente y metió la mano bajo el suéter del omega, acariciando con la palma la cálida piel.

—Está bien, pero siempre puedes hablar conmigo de lo que desees.

—Lo sé —el omega sonrió. No tenía por qué pensar en la vida de Seungwoo antes de que se conocieran, porque era injusto que se sintiera enojado y celoso por ello. No importaba nada más que el ahora. Jewon estaba equivocado, y Dongpyo no tenía por qué seguir escuchando sus palabras, aquél alfa había roto cualquier lazo entre ellos, de la forma más amarga posible.

—Estoy planeando partir a la manada del Oeste esta noche —dijo Seungwoo.

Dongpyo se incorporó y le dedicó una mirada llena de confusión.

—¿Por qué?

—Tengo el presentimiento de que hay algo sucediendo, y quiero saber qué.

—Iré contigo —afirmó el omega, y Seungwoo le besó la punta de la nariz.

—Eso no será posible, dulzura. No es seguro, dada las circunstancias, podría ser peligroso.

—Por eso mismo —replicó Dongpyo—. No puedo quedarme aquí, estaré preocupado y lo único que podré hacer es esperar lo mejor. Ya tengo suficiente con el tonto duelo.

—Sé que ha sido mucho por hoy, y lamento darte otra preocupación más, pero realmente no puedes ir. Hay muchas cosas en contra, el clima, el trayecto... incluso para mí será complicado.

Stay With Me. [SeungPyo - X1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora