39-. DECLARACIÓN.

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Dongpyo salió de casa y se encaminó por el pequeño sendero hasta el pueblo.

Era medio día y nevaba poco, apenas algunos copos revoloteando por el aire. Últimamente había tenido tantas cosas en la mente que no se había detenido a pensar en la familiaridad absoluta que sentía con todo a su alrededor, el frío ya no era brutal, ahora incluso le parecía agradable; escuchar a veces el pequeño y lejano latido de corazones; el sonido de la hierba al ser movida por el viento y de éste, a su vez, aullando a través de los árboles.
Incluso los pequeños sonidos o leves olores eran familiares, ya eran parte de su vida y eso se sentía bien, porque por primera vez sentía que pertenecía completamente a algún lugar.

Su madre había sido tan buena con él como pudo, pero la soledad siempre había estado presente, ella se iba al ser llamada y lo dejaba sin compañía en la habitación, de la cual no podía salir o le pasarían cosas malas. Jewon había sido su único amigo, el único que escuchaba sobre sus sueños y parecía interesado, pero al final había roto el corazón de Dongpyo, de esa forma en que sólo un amigo podría romper. Así que eso le hizo darse cuenta que en realidad no tuvo un amigo, y que esa era la razón por la que en todos esos años nunca dejó de sentirse solo.
Había decidido no dejarse derribar por ello. Ya sabía cómo era tener amigos reales, cómo era sentir amabilidad y cariño, ya sabía sobre todas esas sensaciones buenas que se habían mantenido ocultas de él, así que no había por qué dejarse arrastrar por el pasado, menos cuando éste había sido así de malo.

Siguió caminando hasta llegar a la casa del líder, y la rodeó por un lado, rumbo a la parte trasera, donde había descubierto que los cazadores se reunían. Seungwoo había tenido que resolver un asunto sobre presas encontradas muertas, al parecer los solitarios se entretenían matando, aunque todo parecía ser personal.

Se detuvo antes de llegar a las bancas  y sacó la lengua para probar un copo de nieve. Soltó una risita y se acercó a los alfas que se reunían en grupo.

—Hola, estoy buscando a Seungwoo.

Al momento, nadie alzó la mirada, Seungwoo había estado muy irritable y la última vez no fue muy amable con los demás alfas, así que ahora parecían querer mantenerse lejos de Dongpyo. Cuando creyó que sería ignorado, uno de los hombres habló:

—Fue con Yohan atrás.

Dongpyo observó hacía donde señalaba el alfa y asintió.

—Oh, bien, gracias.

Hizo su camino por el jardín trasero hasta que pudo notar los olores, y los siguió al comienzo del bosque.
Al principio no le pareció extraño el asunto, pero entre más se adentraba a la espesura del bosque, más pensaba que era una mala idea seguir. Pero antes de que pudiera darse vuelta para volver sobre sus pasos, escuchó una voz diciendo:

—¿De qué se trata ése asunto privado que decías?

Era Seungwoo. Sonaba serio. Dongpyo se encontró a sí mismo avanzando con lentitud detrás de los árboles.

—Sabes, Seungwoo, que te he querido y admirado como a un padre.

Y ese era Yohan, aunque no sonaba como él; ahora sonaba más vulnerable.
Dongpyo apoyó ambas manos contra el tronco de un árbol y se asomó un poco entre las ramas, un poco más adelante pudo ver las cabelleras de ambos alfas, parecía que estaban sentados uno frente al otro.

—Eso es muy agradable de escuchar, Yohan, pero ahora me estás preocupando.

—Bueno... —dijo Yohan, hubo un titubeo antes de que continuara—. Es algo que al principio no quería aceptar, ni siquiera decir, pero cuando estaba en la nieve y creía que moriría... me dije que no podía irme sin decírtelo, sin decírselo a él.

Stay With Me. [SeungPyo - X1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora