"Tu precio"

Parte 24: Puerta que se cierra, ventana que se abre

24-Puerta que se cierra, ventana que se abre

**Shunsui**

En cuanto la luz ilumina mi cuerpo al oír abrir la puerta de mi habitación, me encojo en mi posición tumbada en la cama viendo de reojo a la persona que acaba de entrar.

-Buenos días, Kyoraku....- el doctor que está intentando tratarme desde que me trajeron aquí, Ukitake Jushiro, me sonríe como un ángel mientras se acerca con cuidado para que yo no le rechace como de costumbre. Ha intentado tocarme más de una vez y ya ha conseguido poner su mano sobre mi hombro igual que está haciendo ahora provocándome un profundo suspiro.

-Tranquilo...lo estás haciendo muy bien, Kyoraku. ¿Te duele algo?- le niego lentamente entrecerrando los ojos y él se retira para sacar de su maletín una linterna que pasa por mis ojos deslumbrándome.

-Parece que todo va bien por ahora. No hay prisa para revisarte a fondo si no quieres, esperaré hasta que estés preparado-

-Es....asqueroso....- Ukitake frunce el ceño al oírme hablar roncamente y se acerca más a mi rostro.

-¿El qué es asqueroso, Kyoraku?-

-Yo....- él abre los ojos con sorpresa. –Yo...me siento asqueroso...no quiero seguir así...-

-No fue tu culpa...tú no estás sucio, no eres repugnante como esa gente...- Ukitake se incorpora mirándome con lástima lo que me hace gruñir. Cada vez que alguien me mira, pone esa expresión. Lo vi en los ojos de mi padre, incluso en los de Zan cuando me recogió de prisión. No quiero que nadie me mire así ¡no lo necesito!

-Vete....déjame solo...-

**Ukitake**

Me muerdo el labio inferior con impotencia al ver el estado de mi paciente. Llevo días intentando tratarle y que me deje examinarle para ver sus heridas, pero me es imposible llegar a él. Ya no solo es el trauma de haber sido violado constantemente sino de la enfermedad que está sufriendo por ello. Es algo que jamás superará. Pero necesito que salga adelante. Tengo que ayudarle a conseguirlo.

-Kyoraku, no siento lástima por ti...- veo como abre los ojos algo sorprendido tras haberle leído la mente. Conozco esa sensación. Sé cómo te miran cuando sufres algo que le provoca terror a los que te rodean. Ese desprecio...ese rechazo...

-Eres un hombre muy fuerte y valiente. Podrías haberte rendido hace meses, pero sigues aquí, vivo....- alzo una mano para acariciar su rostro y sonrío al conseguirlo sin que me gruña. Aparto alguno de sus largos mechones rizados y veo con más claridad esos ojos grises hundidos y sin más lágrimas que derramar. Es tan atractivo...aunque él no lo vea, causa una gran impresión, y no puedo permitir que se hunda hasta lo más hondo sin posibilidad de recuperación.

-Sé que sientes mucha vergüenza de que alguien te vea así, pero yo estoy aquí para ayudarte...por favor...- veo como cierra los ojos fuertemente antes de suspirar y mover su cuerpo lo suficiente para quedar sentado en la cama con su espalda apoyada en la pared. Yo sonrío amablemente y le retiro un poco la camisa para hacerle una revisión superficial comprobando su pulso y su tensión. En todo momento veo como Kyoraku no deja de mirarme tan afiladamente que mi cuerpo empieza a estremecerse.

-Tus constantes y la presión son correctas. ¿Quieres que te traiga algo?- él vuelve a negarme mientras abotono su camisa y me retiro para sacar de mi maletín ropa limpia dejándosela a un lado de la cama.

-Si me necesitas solo tienes que darme una voz. Te oiré desde el pasillo-

-¿Porqué lo haces? Ya no tengo salvación...-