¿Qué pasaría si la persona más importante en tu vida te olvida? ¿Si los momentos a los que te aferras nunca existieron? Solo quedarías perdido en el tiempo. Jungkook es mucho más que solo alguien a quien Taehyung ama, es por quien lucharía incluso e...
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Nos encontrábamos sentados, cada uno en una punta opuesta de la cama. El silencio era incómodo. Apenas crucé la puerta de entrada, el silencio nos invadió. Yo no sabía cómo comenzar esa conversación que, en la boca de Eunha, parecía tan sencilla, y definitivamente Jungkook no entendía nada. Así que ahí estábamos, en una especie de guerra de miradas mientras él jugaba con su cabello largo.
—¿De qué vamos a hablar?
—De esto. —dije, señalando el espacio entre nosotros, sin saber qué nombre ponerle.
—De acuerdo.
—¿Te-- gusto de verdad o solo soy un momento pasajero? Necesito que seas claro y sincero.
—¿Te parece que si no me gustaras me arriesgaría así? Somos primos, por si no lo sabes. Para caprichos hay millones de chicos fuera de mi familia.
—¿Qué esperas de esto? —solté antes de ilusionarme. Él se sonrojó hasta las orejas, retiró la mirada de la mía y tomó mi mano.
—No lo sé, dejemos que todo fluya y, si de esto surge una relación, bien, pero no va a ser igual a la del resto. Tenemos que cuidar que no nos vean juntos muy cariñosos; si mi madre se entera, tendría que irme de casa.
Miré a Jungkook sorprendido; que dijera "no lo sé" ya me alcanzaba, pero esa respuesta llenaba mi pecho de esperanza, lo cual era bastante destructivo.
—¿Estás queriendo decir que quieres una relación seria, Jeon Jungkook? ¿Me quieres tanto como para irte de casa en vez de dejarme?
Sonreí y me acomodé entre su mirada baja y las sábanas, buscando sus ojos. Jungkook asintió con una sonrisa hermosa, arrugando su nariz mientras el rubor cubría todo su rostro.
—Yo también te quiero, y daría lo que fuera por estar a tu lado. —rodeé sus hombros con mis brazos y lo atraje hacia mí, fundiéndonos en un abrazo—. ¿Y ya le dijiste a Park?
—No. —me soltó para volver a sentarse—. Pero se lo diré el lunes en la escuela. Hoy fue muy bueno conmigo, y cuando estaba a punto de decírselo, apareció su madre. ¿Cómo iba a decirle algo así delante de ella?
—Está bien, entonces... ¿nos estamos conociendo?
—Ya nos conocemos, Tae.
—¿Qué te hizo querer esto de un día para otro?
—Hablé varias veces con Lisa; le contaba sobre nosotros y lo bien que me haces sentir. Creo que desde que te vi en Daegu, algo me llamó la atención de ti. —Volvió a sonrojarse, acariciando mi cabello y dando pequeños besos en mi frente—. Ayer, mientras tomaba un café, reflexioné sobre mis sentimientos, y cada sonrisa era provocada por algún recuerdo nuestro.
