•22• Operación: Calle 2/2

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Narrador:

Cuando los chicos percataron que los leones habían desaparecido, satisfechos con llevarse el dinero y la moto, partieron como dos jovenes hienas a ver que habían dejado abandonado. La bolsa de cuero de quien sabe que, un billete de 1 dolar, un lolly pop de hierba, un pintalabios y un condón.

—Puedo sacarle provecho a esto... —dijo el peliblanco, tomando todo, echandose el lolly a la boca y dejando el paquetito cuadrado abandonado en la calle, ya que no le iba a servir para nada.

Caminaron unas 5 cuadras, hasta llegar a la casa de Hunter. El moreno ayudaba a Tyler a caminar, ya que, aunque el dolor había bajado por el pastelito de sabor tan extraño, seguía molestándole enormemente la herida. El peliblanco sacó unas llaves para abrir el pequeño portón que había en frente de la casa. Entraron a un pequeño pasaje, en el que habían 5 puertas. Entraron a la puerta 3, a una pequeña habitación, con una cocina, una mesa, un sofá, un cajón viejo y un colchón en el piso, en el que dormía una niñita de cabellos de oro blanco.

La chica se estremeció y se estiró al oir la puerta rechinar y cerrarse.

—Amor? Eres tu? —hablo la niña de quizás 10 años.

—Ya llegué, y traigo visitas —dijo el peliblanco, arrodillándose ante la joven y dejandole un suave beso en la frente. La chica enfocó la vista, y posó sus claros ojos sobre Tyler.

—Hola! —dijo acercandose al castaño con una somnolienta sonrisa— Soy Marilyn, Marilyn Stone.

—Tyler Joseph —dijo estrechandole la mano con timidez.

—Oh! Dios tu pierna! —dijo agachándose, examinando la pierna desgarrada del joven.

—Caí en una fosa, y me corté con una rejill-

—Una fosa de alcantarilla?! Dios, ven, ven! Acuestate en el sofá, tengo que desinfectarte la herida, rápido! —habló dejando el sueño en segundo plano, tomando al castaño de la mano, dirigiendolo al sofá.

Tyler tenía una varilla en la boca, para que pueda morder cuando le dolieran las curaciones. Le dolía la cabeza y no lograba entender porqué. Daba pequeños y bruscos espasmos cuando la rubia le inyectaba cosas y limpiaba el profundo corte de su pierna, ya que nunca había experimentado tanto dolor físico en su vida.

—Siento que mi cabeza va a explotar —dijo en un jadeo— Serán las cosas que me están inyectando?

—No lo creo —dijo Hunter jugueteando con la pajilla del lolly pop.

—Me siento somnoliento... Cansado... Y... ARHMM!! —gritó mordiendo el objeto de madera. Miró a Marilyn con la frente sudada, y esta le devolvió una mirada lastimosa.

—Lo siento... —se disculpo la ojiceleste, alejando el algodón con alcohol de la piel del castaño. Se dirigió al peliblanco— Hunter... Le diste algo para el dolor? —preguntó la rubia.

—Si. Debe ser eso —dijo asintiendo muy pensativo.

—Tyler, estás bajo los efectos de la marihuana, es todo.

—Que?! —musitó atónito— De donde sacaste... El pastelito! Con razón sabía tan horrible...

—De donde lo saqué? No te imaginas lo fácil que es conseguir eso aquí —dijo mirando al castaño de reojo. Este parpadeó sorprendido.

—Espera... Y lo que me están inyectando?

—Una es una vacuna antitetánica, la otra es un cedante, como una anestesia. En unas horas no podrás ni sentir ni mover tu pierna, pero mañana a medio día estarás bien —contestó Marilyn.

Hear Me Now | A Twenty Øne Piløts StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora