#20: She's going down.

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Rachel Goldstein.

Razzle lo sabe absolutamente todo, desde mi amistad perdida con Chris hasta la identidad de Torch. Me sentía con un poco menos de tensión en mis hombros después de contarle esto, de verdad necesitaba a alguien externo a quien contarle esto.

– Oh, dulce, Rachy-Boo –Puso su mano encima de la mía–; aunque estás más relajada a comparación del primer día que te vi, aún sigo sintiendo algo de estrés y tus ojos no poseen un brillo maravilloso.

– Todo se está yendo a la mierda, Razz –Puse mi mano libre en mi cabeza, apoyando el codo en mi pierna.

– ¿Crees que esto que me estás diciendo logre influir en tu matrimonio con Nikki?

– Ni siquiera me había puesto a pensar en eso –Suspiré–. Tengo miedo, Razz.

– Tranquila, mientras Freddy Krueger no aparezca en tus sueños, estás a salvo –Reí por un momento.

Las ganas de llorar comenzaron a inundar mi cuerpo, respiraba hondamente intentando eliminar aquel sentimiento pero crecía cada vez que respiraba más.

Sin darme cuenta, estaba llorando mientras abrazaba a Razzle. Sus manos estaban en mi espalda y en mi cabello, me aferraba a su cuello y sacaba todo el llanto que he contenido durante bastante tiempo.

Razzle se empezaba a acostar en la cama sin dejar de abrazarme; alrededor de veinte minutos después me encontraba con los ojos cansados y a punto de quedarme dormida.

Cuando desperté, estaba abrazada a Razzle. Me levanté con cuidado y salí de la habitación sin hacer ruido.

Llegué hacia donde estaba la piscina y ya habían otras chicas, todos tenían a alguien excepto Warren. Él al verme sonrió y levantó su vaso.

Me acerqué a él, me senté a su lado, empecé a ver todo lo que había pasado en mi ausencia.

– ¿Tienes algún problema estomacal para que hayas durado demasiado en el baño? –Puso su mano en la parte de arriba de mi asiento, negué.

– Estuve hablando con Razzle –Le miré.

– ¿Y él dónde está?

– Dormido, y no, no tuvimos ésa conversación.

– De acuerdo, haré que te creo –Sonrió. Pero al ver mis ojos dejó de sonreír–. ¿Estás drogada?

– No, ¿por qué?

– Tus ojos están muy rojos e hinchados, ¿todo está bien? –La mano que tenía en la silla subió a mi hombro.

– Todo está bien –Sonreí.

( . . . )

– Vince hará una fiesta pronto –Le comenté a Nikki.

– ¿Cuándo?

– El ocho –Le dí un sorbo al vodka.

– De acuerdo, creo que sería momento de ir de compras, ¿no crees? –Apagó el cigarrillo en el cenicero.

Between the Eyes || Nikki SixxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora