Between the Eyes || Nikki Sixx

#54: Propuesta.

Noviembre, 1986.

Omnisciente.

Warren dejó a Rachel en casa de Trish, ambas estaban platicando en el comedor de la rubia sobre varias propuestas para sus siguientes audiciones.

– Mira, encontré que hay audiciones para todas estas películas –Trish le pasó unas hojas.

– Son demasiados, ¿crees que me eligirán en alguna película? –Le miró un poco nerviosa.

– Yo digo que sí –Le sonrió.

Este año no fue tan productivo, Rachel solamente apareció en varias revistas o en la televisión para que le entrevistaran; quitando eso, todo este tiempo estuvo pasándola con Warren mientras que la rubia estuvo por un tiempo con su hermano.

Era un pequeño respiro que ellas necesitaban.

– ¿Entonces? –Le miró.

– Hay que ver qué otros papeles puedo aceptar, recuerda que a principios del próximo año estaré grabado una película –Sonrió.

– ¿Sabes? Este año estuvo muy tranquilo, tú estuviste con DeMartini y yo estuve con mi hermano. No me había dado de cuán intenso fue el ochenta y cinco –Negó.

– A veces es bueno tener un respiro de las cosas.

– ¿Y para cuándo la boda? –Rachel se ahogó con el té que estaba tomando cuando escuchó eso.

– Parece que tú te tomaste muy en serio lo que pasó en la boda de Heather –Se limpió con una servilleta.

– Apuesto a que no fue la única que habrá captado eso como una señal, por algo Nikki habló contigo.

– ¿Tu crees que fue por eso? –Se río.

– Claro, ¿sinó porqué más hubiera sido?

Cuando habían llegado al hotel, Trish estuvo un rato en la habitación de Rachel y Warren hablando sobre eso. El castaño se recargó en la cabecera, tenía abrazado a Rachel por la espalda mientras que Trish estaba sentada en la cama frente a ellos.

Tanto Warren como Trish habían llegado a la conclusión de que Nikki le habló debido a lo del ramo, Rachel no creyó en eso y decidió no preguntar al respecto con el resto de Mötley.

– Sigo diciendo que no fue por eso, pero ustedes dicen que sí –Se encogió de hombros.

– Pues ahí tú –Le miró rápidamente.

DeMartini llegó a una joyería, al entrar se acercó hacia la barra para preguntar por un tipo de anillo en específico.

– ¿Qué tipo de anillo necesita? –Preguntó la chica amablemente.

– Uno de compromiso –Jugó con sus dedos en la barra.

– Pase por aquí.

La chica lo guió hacia una repisa llena de ese tipo de anillos. El castaño miró cada uno de ellos de manera detallada hasta que si vista se posó en uno en específico.