Vuelto a nacer

Capitulo 8

Después de salir corriendo hacia los dormitorios intentando de no derramar una lagrima me acosté en la cama y ya estando ahí empecé a soltar algunas lagrimas y a gemir, nadie había llegado todavía así que tenía tiempo para poder llorar.
Al cabo de una media hora de puro llorar me quede dormida.
Entonces tuve un sueño, era sobre mi padre.
Estábamos en los campos de cordialidad con Gabriel cuando éramos pequeños y veía a mi padre a lo lejos, me decía que me acercara, entonces cuando me acerque todo se volvió gris y en abrir y cerrar de ojos había una serpiente deslizándose por el suelo, y mi padre estaba tirado en frente de mi, entonces le grite a Gabriel que pediré ayuda, el corrió y trajo a su padre, pero era demasiado tarde, yo sabia que era demasiado tarde, el no iba a sobrevivir.
Me desperté jadeando, llorando, estuve a punto de gritar pero contuve las ganas. Tenía que salir de aquí, entonces me puse mis zapatos y salí de la habitación. Empece a caminar como por cinco minutos, todo estaba oscuro y frío, así que empece a temblar. Pero seguí caminando, el frío me ayuda a no caer en un ataque de pánico. Camine y me siento en un rincón, me va a dar hipotermia, pero no puedo moverme. Entonces espero para que alguien pase, pero nadie pasa, así que intento pararme y lo logre. En el momento en el que me pare sentí nauseas, así que me acerque al acantilado y vomite. Después me limpie la boca y me senté temblando, por el vomito y por el frío. Las lagrimas empezaron a llegar.
A los dos minutos después de eso se escucharon unas pisadas, y al fondo del pasillo veo una figura, es la de un hombre. Cierro los ojos y le suplico a Dios que no sea un líder de osadía.
- ¿Estas bien?, estas temblando mucho- conocía esa voz, era Calvin.
- Tu que crees - dije temblando todavía más.
Entonces se quitó el suéter y me lo puso encima, o, pero que bendito es este tipo, todo error queda compensado con esto.
- Vamos, tengo un sillón en mi departamento, y chocolate caliente- dijo.
- Eso suena tentador, pero no me puedo mover, creo que se me congelaron los huesos- dije.
Entonces el me cargo como si pesara menos que una pluma y me llevo hasta su departamento, ahí me sentó en el sillón y yo seguía temblando.
- Espera aqui, ya te traigo una manta- dijo y salió corriendo por la manta.
Yo seguía ahí en el sillón temblando.
Al cabo de unos minutos llego con una manta muy acolchonada y abrigadora.
- Gracias- dije.
- ¿Porque rayos decidiste salir de la habitación sin un suéter?, esta empezando a hacer frío.- me pregunto preocupado.
- Bueno, no lo se solo tenía que salir, tuve un sueño muy feo- respondí intentando en entrar en calor.
- Parecías medio muerta sentada ahí en el borde del acantilado- dijo.
- El punto es que estoy bien- dije, por fin empece a sentir la punta de mis dedos.
- Creo que la cama esta mas caliente, si quieres pasar aquí la noche yo puedo dormir en el sillón- dijo.
- No es necesario, de echo me tengo que ir, gracias- en el momento en el que puse un pie fuera del sillón empece a temblar de nuevo.
- Ves, debes quedarte aquí, tienes que entrar en calor, vamos, te llevo a la cama- dijo acercándose para recogerme del sillón y cargarme.
- No, esta bien , yo puedo- entonces me pare y temblé mientras caminaba, hacia la puerta. Entonces sentí como unos brazos me rodearon por la cintura, y me llevaron como un saco en unos hombros.
Lo ultimo que recuerdo es este en una cama bien tapada antes de quedarme dormida.