Vuelto a nacer

Capitulo 27

¿Me gustaba salir con Calvin? De echo, si, me gustaba salir con el y el me gustaba, pero voy a hacer que pelee por mi. ¿Mi razón?, el es un mujeriego, puede tener a cualquier mujer en Osadía, y las chicas se le abalanzan, no pelea por ellas, por eso no las aprecia lo suficiente para quedarse con ellas.
Por eso tiene que pelear por mi, no quiero ser otro juego de el, soy mas que eso, así que en cierta manera es respeto hacia mi misma y que el en verdad me aprecie.
Cuando llegamos al lugar de nuestra cita estaba muy nerviosa, me sudaban las manos.
-- Entonces, ¿dónde estamos? -- pregunté.
-- Es mi parte favorita de la ciudad, se puede ver toda y a esta hora es cuando mas bella se ve y luego viene como me gusta decirlo, el apagón-- respondió.
-- ¿El apagón?
-- Si, cuando las personas de los complejos de Abnegación, Verdad y Erudición se apagan-- dijo.
-- Bien, me parece un buen nombre para ese acontecimiento.
-- Bien, traje la cena, ¿quieres carne de becerro?
-- La verdad es que no tengo mucha hambre, pero si traes agua o algo para tomar me ayudaría mucho.
-- Claro, traje una botella de vino al parecer es buen vino-- dijo y me sirvió una copa.
-- O, los viñedos en Cordialidad son hermosos, tan estilo libro de historia, no se, algo por el estilo-- dije.
-- Adoro que seas así.
-- ¿Así como?
-- Tan espontánea, tan diferente, tan sexy y tan hermosa.
-- Una, digo lo que se me venga a la cabeza, dos, soy divergente, soy diferente por naturaleza y tres, no me digas sexy, me hace sentir rara-- dije enumerando mis puntos de vista con los dedos.
-- Si no quieres que te llama Sexy, deberías dejar de vestirte así.
-- Si, la verdad es que tengo frío.
-- Claro, se me olvidaba traje una manta-- dijo mientras sacaba una manta fuera de la canasta y una la ponía sobre mis hombros.
Se notaba el frío que tenía.
-- Vamos, puedes sentarte aquí al lado de mi en la manta, hay bastante para los dos-- dije mientras abría un brazo con la manta como si fuera un ala.
-- Me encanta que te preocupes por mi-- dijo sentándose al lado de mi abrazándome.
-- Ya cállate, vas a hacer que me de un ataque de alergia por tanta cursilería-- dije.
-- ¿Eres alérgica a la cursilería?
-- Solo cuando es innecesaria.
-- En ese caso porque no me dices que es lo que te gusta de mi-- dijo.
-- ¿Quién dice que me gusta algo de ti?
-- Vamos, sino te gustara algo de mi no estarías aquí.
-- No lo voy a decir.
-- Vamos, o sino te voy a dar una guerra de cosquillas.
-- No.
-- Bien tu lo pediste-- dijo y me empezó a hacer cosquillas mientras yo me retorcía como gusano en sal.
-- Esta bien, lo diré son deja de hacerme cosquillas.
-- Vamos dilo.
-- Bien, me gustan tus ojos, son de un azul tan oscuro, me gusta tu cabello y tu tatuaje con la C de mi nombre-- dije.
-- No solo me tatué una C, sino tu nombre. ¿Quieres ver? -- pregunto.
-- Eso es raro, y me hace sentir presionada, pero por que no, enséñame tu tatuaje-- dije.
Se subió un poco la camisa y dejaba ver su definido abdomen y ahí en una costilla, estaba mi nombre en esa tinta negra.
-- Me gusta, pero en algún momento te lo vas a tener que quitar. ¿Por qué te lo hiciste?-- dije.
-- Lo hice por que te amo.
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Eso es todo con el maratón, espero que les haya gustado y perdón por no subir este capítulo antes, pero me inspiro mejor en la noche.
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Maratón 8/8