XXIV

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Los pocos líderes que se quedaron para escuchar el plan de Dongpyo, acabaron marchándose por culpa de unos supuestos intrusos en el castillo. Si la seguridad de Adrestia era de aquella forma, en la que cualquiera puede colarse en tal sitio, ¿por qué debían confiar en su rey? ¿Y si no era más que una paranoia suya y nada sucedería?

Así que prefirieron marcharse y hacer como el resto de reinos, protegerse a sí mismos. Ya no quedaba otra.

Dongpyo mandó encerrar a los intrusos hasta nuevo aviso, primero tendría que ir a ver a Seungwoo y contarle que el plan había fallado.

Realizó el mismo ritual que hacía siempre para ir hacia aquel mundo.
Una vez allí, corrió hacia el templo del creador de sueños, notando que había algo distinto en el ambiente, aún así, no quiso parar a investigar y continuó su camino lo más rápido posible. Ya habría tiempo más tarde para ver qué era exactamente aquello que había cambiado en Somnia.

En cuanto hubo llegado al templo, se encontró los portones totalmente sellados. Algo malo estaba pasando de verdad, ya que Seungwoo nunca los sellaba.

Intentó buscar alguna forma de entrar, pero sus ideas eran bastante inútiles, así que optó por aporrear y empujar la puerta hasta que cediese.
Tras varios intentos, decidió tomar carrerilla y correr hasta ella para empujarla con más fuerza, mas en el momento del impacto, esta se abrió, haciendo que el chico cayese al suelo.

─ Argh, qué bien, qué típico ─comenzó a quejarse mientras trataba de levantarse, ya que el golpe contra el suelo lo había dejado algo aturdido.

Se percató en que el templo se veía mucho más distinto que la última vez, como más oscuro, aunque quizá era por el mal que acechaba.
Se dirigió hacia la sala donde Seungwoo y sus creaciones estaban siempre, pero lo que encontró fue algo horrible.

Boca abajo, tendido en el suelo sobre un enorme charco de sangre, se encontraba el Creador de Sueños, junto a aquel pequeño pingüino que intentaba reanimarle.

Dongpyo se quedó inmóvil ante esa escena, no sabía qué hacer ni cómo reaccionar y, aunque parecía estar muerto, no sabía si en realidad todavía respiraba, así que debía ir sí o sí a comprobarlo.

Se acercó con cuidado al cuerpo y, dándole media vuelta, se fijó en que su garganta estaba totalmente rajada de lado a lado, al igual que su estómago, provocando que se desangrase muchísimo más.
Dongpyo empezó a llorar ante aquello, estaba claro que Seungwoo había muerto.

¿Ahora qué iba a hacer? Además de que le había tomado mucho cariño, el destino del mundo estaba escrito por culpa de aquel suceso. Él no iba a poder hacer algo solo, no era más que un monarca guardián que no tenía ni idea de lo que estaba por venir, mas sabía que no iba a ser nada bueno.

Tras un rato sollozando, incrédulo por todo lo que había pasado, se levantó del suelo, dispuesto a buscar ayuda en Draumur, quizá alguien sabía cómo revivir a Seungwoo o algo.
Sabía que devolverle la vida a un muerto era imposible, pero no perdía nada por intentarlo.

Cabizbajo, comenzó a caminar hasta la puerta, limpiando las lágrimas de sus ojos, cuando se chocó con algo, o más bien alguien, sin darse cuenta.

─ ¡¿Tú le has hecho eso, verdad?!

Seungyoun sonrió maquiavélicamente mientras veía al guardián de Somnia llorar. Le hacía gracia verlo de aquella forma, aunque en parte le daba pena, ya que había sido él el que le había liberado de su cautiverio.

─ ¿A qué está siendo una pesadilla esto? ─preguntó, aún con esa siniestra sonrisa en su rostro.

─ ¡Sí! ¿Por qué lo hiciste?

─ No me llaman el Creador de Pesadillas por nada.

Y sin decir más, desapareció de delante sin dejar rastro alguno.

Dongpyo despertó en una habitación que no era la suya, aturdido y sin saber qué había ocurrido exactamente.
Al ver que no había nadie más en la habitación, decidió dormirse de nuevo, ya que sentía que el sueño le estaba venciendo; sin embargo, el molesto ruido de la puerta lo interrumpió.

Se incorporó un poco para ver quién había entrado y la impresión que se llevó no fue poca.

─ ¡¿Seungwoo?! ─no entendía nada. Aquello que había ocurrido ¿había sido una simple pesadilla?

─ Por fin has despertado. Te encontraron inconsciente cerca del portal y te trajeron aquí, al castillo de Draumur. Jingtian me avisó de que estabas aquí, ya que se enteró por fin de que me habías conocido.

─ ¿...Qué ha pasado?

─ El único que sabe lo que ha pasado, eres tú.

Dongpyo le contó lo sucedido en el templo, cuando lo vio muerto y su encuentro con Seungyoun, que al parecer, logró atrapar al monarca y jugarle una mala pasada con sus horribles pesadillas.

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