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Dongpyo comenzó a quejarse para sí mismo cuando vio que estaba de vuelta en el mundo terrenal. Era de día y el sol estaba en lo alto del cielo. Detestaba aquella maldita luz, puesto que le recordaba que no estaba en Somnia y que tendría que aguantar a aquel astro a lo largo de toda su vida.
Caminó hacia el interior del palacio sabiendo que todo el mundo le preguntaría que donde estaba, ya que había pasado casi dos días o así fuera.
Pero no fue de aquella forma. Descubrió que, cuando estaba en Somnia, el tiempo se detenía en el otro mundo.
Eso no lo sabía hasta el momento, puesto que siempre había estado cortos períodos de tiempo en aquel lugar.
Ahora, su vida como el rey más joven que había tenido tanto Adrestia como Zenithia comenzaba.
Pero no podía evitar dejar de lado sus deberes reales.
Ni Somnia ni aquel chico, Seungwoo, podían salir de su cabeza.
Así que, como era el primer día oficialmente siendo rey, decidió tomárselo más tranquilamente, hasta el punto de ignorar todo lo que tenía que hacer para solo buscar información sobre el Creador de Sueños.
Ahora, tenía acceso directo al archivo secreto de palacio, por lo que optó en buscar allí primero.
Nada más llegar, se percató de que el lugar en sí no había sido abierto en años, se podría decir que en décadas.
Todo estaba cubierto por una espesa capa de polvo, los muebles, algo desgastados, pero al menos los libros en las cientos de estanterías que había, se veía legibles.
Aunque no iba a leer aquellos libros, iría a la sección prohibida del archivo, donde se escondían los volúmenes que narraban los secretos más recónditos de ambos mundos y solo los personajes importantes podían acceder.
Él era rey y guardián sagrado, ¿quién era más importante? Nadie, tenía todo el derecho del mundo a conocer todos esos secretos.
Así que se dirigió a la puerta que llevaba hasta aquella sección. Normalmente, nunca se abría cuando alguien que no podía entrar lo intentaba, o eso le habían contado, aunque la verdad, le parecía una puerta bastante roñosa y cutre como para ser mágica.
Cuando se acercó a ella, la puerta se abrió dejando ver un largo pasillo de piedra. Hacía bastante frío y notaba cómo iba descendiendo más y más, aunque, al vivir en una isla, sentía que si continuaba, terminaría debajo del agua, ya que notaba que aquello no se acababa.
Por fin, después de un buen rato andando, llegó a una sala redonda, hecha de piedra, decorada con antorchas de fuego fatuo que iluminaban bien la sala.
Solo había tres enormes grimorios, ordenados en una línea lateral, encima de un estante cada uno.
El que estaba más a la izquierda era el más desgastado, las hojas estaban amarillentas y se veía antiguo.
El del medio estaba abierto por una página en blanco y una pluma que se movía sola como por arte de magia, escribía en él a una velocidad vertiginosa.
Por último, el que estaba más a la derecha, se encontraba cerrado por un candado. Se veía bastante nuevo, como si nunca nadie lo hubiese tocado.
Decidió irse a por el de la izquierda, ya que sería el más fácil de leer. No quería molestar a aquella pluma mágica y tampoco le apetecía pelearse con un candado, el cual probablemente también era mágico y le quemaba la mano por intentar abrir aquel libro. O eso pensaba que pasaría.
Abrió el antiguo grimorio por la primera página, la caligrafía y el encuadernado eran espectaculares, nunca había visto un acabado tan perfecto a pesar de ser un libro tan vetusto.
Leyó el primer párrafo que había, el cual rezaba así:
"Sin luz, no puede haber oscuridad.
Sin oscuridad, las estrellas no pueden brillar en el firmamento.
El mundo siempre ha sido así."
Después comenzaba a hablar sobre la creación de los mundos por parte de Yggdragón, el dios dragón supremo, cómo creó al resto de dioses y trajo toda clase de vida.
Luego hablaba de los centinelas y de Rionnag y finalmente, del Creador de Sueños.
Se trataba de una criatura benévola que traía la paz y la felicidad a los infelices mortales.
Leyó que hubo un Creador de Sueños anterior a Seungwoo, el creador original, formado directamente por el propio Yggdragón, pero pereció y su hijo, el actual creador, tomó su lugar.
Había muchos más datos sobre su vida, su trabajo y el templo donde vivía. Y lo leyó absolutamente todo.
Cuando hubo terminado aquella parte, la curiosidad le había picado totalmente, así que continuó, pero la siguiente hoja estaba arrancada.
Solo se podía leer el título de que lo anteriormente había ahí escrito: "El Creador de Pesadillas".
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⌗ SOMNIA ♡̷̷%՞˖
Fantasíaa 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠𝐩𝐲𝐨╱𝐣𝐮𝐧𝐡𝐚𝐧 story. ꒷꒦꒷꒦ ❝ ¿es posible que exista un mundo donde los sueños se hacen 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱? ❞ 𝗒𝖺𝗇𝖿𝖾𝗂𝖼𝗎𝗅𝗍 ┃ 2O19 ©️ 25.O7.2O19 ─ 26.O1.2O2O
