XXXI

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Rumbo a Adrestia y sin perder un ápice de tiempo, Seungwoo se disponía a cruzar el portal. Por desgracia, una fuerte ráfaga de viento lo detuvo, apareciendo Seungyoun tras ella.

─ ¿Por qué tanta prisa? ─esbozó una maquiavélica sonrisa, mientras se interponía entre el portal y el Creador de Sueños.

─ ¿Qué haces que no estás luchando con tu ejército, cobarde?

─ Tengo cosas más importantes que hacer, como detenerle para evitar que salve al rey de Adestria. El destino está fijado y morirá.

Seungwoo no quería oír ninguna de las palabras que estaba diciendo. Se dirigió a él con paso firme y lo apartó de un empujón para poder cruzar el portal, mas Seungyoun lo agarró de un brazo y, con una fuerza sobrehumana, lo lanzó al suelo, dejándolo allí, aturdido.

─ Sus estúpidos sentimientos por ese niño no van a impedir que muera. ¿Se cree que no lo sé? Pone de excusa el bien y la salvación de Somnia tan sólo para salvarle. Este mundo, como Nadiria, estaban condenados desde hace mucho tiempo, cuando su padre, el primer Creador de Sueños, los dioses e Yggdragón aún estaban vivos. Planeaban destruir este lugar y el portal, pero ahí estuve yo para detener esos absurdos planes y así, tener más lugares a los que someter.

─ Es cierto que... ─comenzó Seungwoo, arrastrándose por el suelo, a la vez que escupía y tosía sangre debido al golpe recibido─ Es cierto que Somnia ya no sirve para nada, pero es el hogar de muchas personas y seres. Al igual que Nadiria. Aún así, el poder de los dioses...

─ El poder de los dioses lo tengo yo, ¿no lo sabía? ─Seungwoo lo miró incrédulo, era imposible que lo tuviese él, lo guardaba a gran recaudo en su templo y nunca lo abandonaba, salvo cuando fue a acompañar a Dongpyo al Valle Triangular. Quizá, fue ahí cuando los robó─ Venga, no se aflija, Creador de Sueños. Vayamos juntos al mundo terrenal para que pueda ver como corrompo estos queridos poderes sagrados y destruyo Zenithia. ¿Le parece?

No podía responderle, ni siquiera negarse, aquella era la única forma que tenía para regresar a Adrestia. Aunque debía pensar rápidamente cómo evitar que hiciese aquello que quería hacer.

Una nube negra cargada de electricidad los engullió a los dos y aparecieron en unos míseros segundos flotando sobre el campo de batalla, a las afueras de la ciudad.

Las pesadillas dejaron de pelear para mirar a su líder, haciendo que los humanos se detuvieran y mirasen hacia el mismo sitio.

─ ¡Se acabó la guerra! ─exclamó, dejando a todo el mundo atónito, debido a aquellas palabras y lo exhaustos que estaban por la batalla.

Seungyoun hizo aparecer una pequeña cajita de cobre oxidado, decorado con runas mágicas que lo mantenían sellado, pero pudo abrirlo fácilmente a pesar de aquel sistema de seguridad arcano que poseía.

─ ¡Espíritus del mal, fuerzas de la oscuridad! ¡Yo os invoco para corromper los poderes sagrados y destruir toda vida conocida!

Fue a alzar en el aire la caja recién abierta para que los poderes sellados saliesen después de milenios encerrados. En un principio, no eran malos, sino benévolos, pero los espíritus que había invocado Seungyoun probablemente los acabarían consumiendo hasta que no quedase ni una pizca de bondad en ellos.

Antes de que pudiesen salir a la luz, una flecha se clavó en la mano del Creador de Pesadillas, haciendo que soltase la caja y cayese al suelo. Una rápida sombra se movió entre la multitud hasta llegar delante de dicho objeto.

─ ¡Seungwoo! ─gritó aquella persona, la cual resultó ser Dongpyo, seguido por Yohan, quien iba cargado con un arco y que, probablemente, era el que había disparado la flecha─ ¡Seungwoo, ¿qué hago ahora con esto?!

─ Niño idiota ─le chilló Seungyoun, descendiendo hacia él─, ¡devuélveme eso!

─ ¡No quiero!

Seungwoo sabía que lo que había visto en su sueño se iba a hacer realidad, todo estaba ocurriendo de la misma forma, así que lo único que podía hacer era decirle a Dongpyo cómo tenía que usar aquellos poderes, que probablemente acabarían con él.

─ ¡Invoca a los espíritus benévolos y a las ánimas del tiempo! ¡Haz que los poderes sagrados sean tuyos!

El rey de Adrestia hizo eso mismo, repitió las mismas palabras que Seungyoun había dicho, pero en vez de invocar a las fuerzas del mal, invocó lo que Seungwoo le había dicho.

Un haz de luz proviniente del cielo, otro desde Somnia y el último desde el suroeste, impactaron sobre su cuerpo, además de las seis esferas de poder que habían escapado de aquella caja.

De él, en ese momento, surgió una luz blanca, cegante y purificadora, que fue aumentando más y más, engulliendo todo aquello que encontraba a su paso, quemando a las pesadillas, quienes se retorcían de dolor, y purificando a aquellos fallecidos en el campo de batalla, haciendo que sus almas pudiesen descansar en paz en el inframundo.

Una vez que la luz desapareció, el cielo recuperó su tono azul normal y un brillante sol se apoderó de todo. Seungyoun había desaparecido de allí y todo el mundo gritó y celebró la gran victoria. Sin embargo, Dongpyo cayó al suelo, rendido.

Seungwoo fue hacia él lo más rápido posible. El cuerpo del monarca estaba boca abajo, respirando con muchísima dificultad. El Creador de Sueños le dio la vuelta y pudo percatarse de que su fin estaba cerca.

Dongpyo abrió los ojos difícilmente y le miró con una triste sonrisa en el rostro.

─ Seungwoo...

─ Dime.

─ ¿Recuerdas que me dijiste que harías cualquier cosa que te pidiese? ─Seungwoo asintió con los ojos llenos de lágrimas, al igual que Dongpyo, en el cual esas lágrimas se mezclaban con sangre─ Sé que voy a morir, así que me gustaría pedirte que nos volvamos a encontrar en otra vida, quizá.

Volvió a asentir, intentando controlar el llanto, aunque no podía.

─ Te prometo que nos volveremos a ver, pase lo que pase.

Dongpyo sonrió por última vez, acariciando la mejilla de Seungwoo y dejando un rastro de sangre con su mano, para después, cerrar los ojos para siempre.


















:'D
aún no ha terminado, vale jskskskdk. parece que sí, pero no.

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