Capítulo 15

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Traía puesta una chamarra con algunos botones desabrochados, definitivamente el uniforme escondía muchas cosas pues a pesar de ser delgado se tonaban sus músculos.

—Maddi—dijo sorprendido, como si esperaba ver a todo el mundo en ese lugar excepto a mi—Cómo estás—se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla

—Estoy bien, y tu?—le contesté intentado hacer notar que no me importaba mucho, pero por dentro sentía que me iba a derretir

—Me alegra mucho—dijo sonriendo

Antes de que dijera algo me acerqué a Hil y los chicos, felicité al amigo que Vid y me paralice por un momento. Mi espíritu sociable había desaparecido así que fingí que recibí una llamada y me aleje de todos, que patética debí verme.

Me voltee a mirar el mar, era una noche un poco fría. Los chicos estaban divididos en grupos como si no todos se llevaran bien, yo seguía fingiendo que seguía hablando por el teléfono y sonreía mientras Hil me observaba como si supiera que estaba fingiendo.

Volví al grupo que poco a poco se había disminuido, algunos se habían ido a otro lado incluyendo a Vid quien se había ido a un grupo de chicas y sonreía a carcajadas.

—Míralo Hil, es un idiota—le dije alejándonos un poco de todos para que no escucharan—Coqueteando con todas

—Deja tus celos Maddi, ya sabes como son

—No sé que estaba pensando cuando acepté venir, vamonos ya

—Vid viene hacia acá, tarde—Hil me sonrió, me dio la espalda y se fue

No les ha pasado que sienten como si la gravedad aumenta y se sienten tan pesados que solo quieren caer, justo así me sentía, quería no conocer a nadie en esa fiesta, no quería jamás haber ido, pero de lo que no me arrepiento fue haber dado el frente aquella noche y hablar con el.

—Cómo la estás pasando?—me preguntó con un vaso rojo en la mano donde se alcanzaba a ver un líquido mirado, aparentemente vino—¿Quieres?—dijo inclinando el vaso a mi pecho

En ese momento me acordé de varias películas en donde le ofrecían a las chicas bebidas y la drogaban. Que estúpida eres Maddi, Vid no es un asesino en serie y esto no era una de esas películas, pero de todas maneras ya estaba nerviosa y además no estaba acostumbrada a tomar alcohol.

—No, gracias—sonreí intentando no parecer grosera—Te parece si nos sentamos?—automáticamente me arrepentí, no quería parecer uma ofrecida y mucho menos que el fuera a pensar que me gustaba, por supuesto el no me era indiferente

—Claro, vamos a los bancos cerca del mar—dijo ofreciéndome su mano de manera cómica, como un caballero del siglo XVIII. Asentí con una sonrisa

Mientras caminábamos al banco sentí todas las miradas clavadas en nosotros, haciendo el esfuerzo en no caerme respiré hondo buscando a Hil con la mirada pero no había ni señales de ella. Nos sentamos en un banco muy cerca del mar que quedaba en un alto de piedras un poco alejado del montón de chicos que estaban celebrando el cumpleaños del amigo de Vid, un poco más abajo se veía una pareja besándose entre unos arbustos, Vid y yo sonreímos como sintiendo vergüenza ajena.

—Espero que tu amigo no se moleste porque estés aquí conmigo—dije finalmente tratando de borrar a los chicos besándose de mi mente, hacía tanto tiempo que no besaba a alguien que me encontraba ese acto un poco extraño—Digo... osea

—No te preocupes, el esta muy entretenido con sus invitados—dijo con una sonrisa, me pregunto cómo hace para siempre tener esa energía y alegría—Además prefiero estar aquí contigo, tu me transmites paz

—Cuidado si te duermes, soy un poco aburrida

—Todo lo contrario, eres interesante y diferente—su mirada penetrante me dio ganas de hacer pipí—Quiero saber más de ti

—Qué quieres que te diga—pregunté nerviosa, le debía contar de Jou? O como mi vida era tan monótona que hacía las cosas automáticas

—Lo primero que te llegue a la mente

Le conté de lo mucho que amaba leer y ver documentales, el me habló de sus pasatiempos y como quería cumplir sus metas, sentí que estaba hablando con un chico completamente diferente al que todos veían en la escuela. Esta noche frente al mar estaba un Vid real, y me gustaba mucho esa versión de el.

Hablamos y reímos de tantas cosas que perdí la noción del tiempo, los chicos que se estaban besando ya se habían ido, las personas en la fiesta habían disminuido y la noche se había puesto aún más fría. En ese momento me acordé de Hil.

—Qué hora es?—pregunté parandome de golpe

—Las 12—dijo muy tranquilo viendo su reloj que era lumínico en la oscuridad

—Hil va a matarme tengo que irme ya

—Si ella ya se fue no te preocupes que yo puedo llevarte a tu casa—dijo parándose también y tomando mi tomando mi mano para intentar calmarme

—Dios, no digas que se fue... no entiendes yo

Pensé en todas las posibilidades, que Hil se había ido y que mi madre llegó a buscarme o peor aún que ella pensara que me había pasado algo malo y llamó a la policía. Vid estaba tan calmado que me habría gustado estar en su lugar, seguro el tenía permiso de sus padres y no le importaban la hora en que llegara.

—Ja ya sé, no me digas que estas aquí a escondidas de tu familia—dijo riendo a carcajadas

—Que vergüenza—sonreí también, sentí el calor en mía mejillas—pensarás que soy una patética

—Yo también pasé por eso, pero lo hice tantas veces que mis padres no tuvieron más remedio que aceptarlo,  tal vez te funcione esa técnica—se subió en el banco y me puse nerviosa, estaba un poco alto y debajo sólo habían rocas—Pero el daño ya está hecho así que disfruta de esta bella noche

—Estas loco, bájate te puedes caer—no quería ni siquiera tocarlo para que no fuera a tropezar

—No lo haré hasta que no subas también—extendió su mano para ayudarme a subir

—No voy a subir—dije riendo—Me iré

—MADDI!!!!!—comenzó a gritar y creí que me caería de la vergüenza, note que varias personas nos estaban viendo a lo lejos—No dejaré de gritar hasta que subas conmigo

—De acuerdo lo haré, pero ya no grites

Vid me ayudó a subir, y me quede quieta para no tambalear, el aún sostenía mi mano y lo miré fijamente. La vista era mucho mejor desde sus ojos.

—El mar es hermoso—dijo sin voltear la vista, solo así podía mirarlo, cuando el estaba distraído—Sabes, aveces en la vida hay que tomar riesgos, aunque no sepas lo que te espera es mejor intentarlo y fallar que no haberlo intentado y lamentarte pero lo cierto es que lo mejor llega cuando menos te lo esperas

—Y te ha pasado eso?—pregunté nerviosa—Te ha llegado lo mejor cuando menos te lo esperas?

—Si Maddi—me miró, sonrió y entendí todo

No hizo falta que dijéramos una palabra más.














Todo por el miedo a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora