Capítulo 3

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—Pasa—me dijo con una sonrisa, pero no tan encantadora como solía ser

Entré a su casa con temor a lo que venía a continuación, creo que terminar con Jou sería lo mejor para ambos. Su casa seguía igual de linda que siempre y subimos a su habitación la cual estaba ordenada y con unas maletas el la esquina.

—Te quedas por mucho tiempo?—pregunté al ver dos maletas aunque no de gran tamaño

—Solo una semana—dijo sentándose en la cama y encendiendo la televisión—Estás bien? Ven—en otras circunstancias habría ido a besarlo, pero hoy no

—Jou tenemos que hablar—le dije sentándome en la silla que esta junto a su escritorio—Es acerca de...

—Ya sé, es porque no nos vimos en la escuela. Te busqué por todos lados no te enojes—se levantó de la cama y se sentó en la alfombra al lado de mi poniendo sus manos sobre mi regazo—Yo...

—Déjame hablar!—lo interrumpí casi a gritos—Lo siento no debí hablarte así

—Puedes contarme lo que te pasa? Estás muy extraña—dijo intentado entender. En serio pregunta? Qué acaso no es obvio el por qué?

—Escucha Jou, esta relación va de mal en peor—comencé a contarle lo más calmada posible para que el pueda entender—En primer lugar a penas hablamos, no sabemos nada de lo que pasa con el otro—note como puso los ojos en blanco—Y lo peor de todo es que estoy cansada de mentir

—Maddi lo siento, no quería que las cosas fueran así—simplemente dijo eso con voz triste—Yo en verdad quiero que las cosas sean sin problemas pero tú... ya sabes

—Si, lo sé es que no puedo Jou

—Y entonces?—el Jou del cual creí estar enamorada no era el mismo que ahora

—Creo que lo mejor es que terminemos—salió de mi boca. No lo podía creer

—Estás segura?, en serio quieres terminar—se paró de la alfombra y empezó a dar vueltas por la habitación

—No veo otra opción—me levante y puse mi mano sobre su hombro

—Si hay otra opción, ya sabes cual es—lo mire y supe lo que iba a decir—Decirle de una vez por todas a tus padres

—No

—Pues entonces no quieres seguir Maddi

—No lo sé

Se acercó a mi y me abrazó, al principio me quedé paralizada pero luego le correspondí. No sentí nada y eso me preocupaba aún más, mire la ventana y vi que ya casi estaba a punto de llover.

—Tengo que irme ya antes que llueva—salí como loca de la habitación y bajé corriendo. Sentí unos pasos detrás de mi

—Maddi espera, no podemos dejarlo así—me dijo Jou alterado pero ya estaba en la puerta

—Hablamos después en serio debo irme—le di un rápido beso en la mejilla y corrí hasta la esquina

Habían pasado unos minutos minutos y el bus no había cruzado por la esquina y ya estaba empezando a oscurecerse. Tenía miedo pues la calle estaba muy solitaria, empezaron a caer gotas de lluvia y me di cuenta que había dejado la sombrilla en casa de Jou. Pero no iba a devolverme porque sino tendría que enfrentarlo.

Empecé a correr sin cesar hasta llegar al parque en donde descanse en uno de los quioscos padres no mojarme, la lluvia cada vez era más fuerte y me adentré más al jugar. No me percaté de quien estaba ahí. Las gotas de sudor y lluvia caía sobre si cabeza y mi respiración agitada se confundía con la lluvia.

—Maddi?—me preguntó una voz de chico que jamás había escuchado

—Si, hola—me voltee y ahí estaba el chico de la escalera sin parar de mirarme como aquella vez—Cómo sabes mi nombre

—Ah... lo escuché de Hil—dijo y sonrío. Vaya sonrisa tan tierna

—Cómo te llamas—pregunté al darme cuenta que aún no lo sabía

—Fry

—Mucho gusto, Fry. Me encantaría seguir hablando pero si llego tarde mi madre me mata—dije al ver que la lluvia estaba pagando un poco pero no tanto

—Si quieres te puedo llevar, tengo una sombrilla—dijo amablemente

—En serio? De verdad te lo agradecería mucho

El abrió la sombrilla y vi sus musculosos brazos color canela. Me hizo una seña de que fuera y asentí.

Lo agarre por la cintura para no mojarme y caminamos rumbo a mi casa, tenía un perfume y un rico olor que hipnotizaba. Nos mantuvimos en silencio todo el camino hasta llegar a mi casa, tuve que saltar para no mojarme los pies.

—Muchas gracias por traerme Fry, quieres pasar? Te puedo brindar algo—le dije ya en la puerta de mi casa

—Gracias pero tengo que irme. Hasta pronto

—Te veo en la escuela—musité. Y lo vi caminando despacio hasta que desapareció en la calmada lluvia

Todo por el miedo a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora