Capítulo 16

425 33 4
                                    

Lo que vino después de aquella noche fue peor que una pesadilla, habría preferido mil veces que mi madre me hubiese descubierto, e incluso que llamara a la policía pero lo que me pasó fue sin duda lo peor que me ha pasado en esta vida.

Encontré a Hil dormida cerca de donde estábamos Vid y yo, la llamé rápidamente y su padre vino por nosotras, luego del intercambio de miradas que tuvimos Vid y yo encima del banco no hizo falta decir una palabra para no arruinar la esencia del momento así que solo me bajé y fui por Hil.

Yo también me dormí mientras íbamos de camino a la casa de Hil, su padre nos despertó cuando llegamos y estábamos tan cansadas que nos tiramos a la cama con la ropa de fiesta, después de todo al día siguiente había clases.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Al día siguiente en la escuela vi en mi celular varias llamadas perdidas de mi madre, había olvidado mi celular en casa de Hil cuando nos fuimos a la fiesta, le devolví la llamada y le explique que estábamos tan cansadas que luego de estudiar nos quedamos dormidas y que pusimos los celulares en silencio para no ser interrumpidas. Ella me creyó, pero yo me sentía muy mal de mentirle a mi madre otra vez.

Recordé cuando estaba con Jou y todas las mentiras que decía para verme con el, mi experiencia con mi antigua amiga Mal, y todas las cosas que había vivido estos dos años. Me prometí a mi misma que no volvería a mentirle a mi madre y mucho menos hacer cosas tan prohibidas como escaparme a una fiesta anoche y hablar a solas con un chico a altas hora de la noche.

Desde que Hil y yo veníamos entrando a la escuela sentí las miradas de todos clavadas en mi, no le di importancia ya que todos siempre miraban a todo el mundo al llegar pero esta vez fue más intens, incluso vi risitas y miradas de decepción... ¿Qué rayos ocurre?.

—Ve a clases, yo iré al baño primero—me dijo Hil tocando mi hombro como si quisiera consolarme, desde esta mañana estaba un poco extraña

—Qué es lo que le pasa al mundo hoy —dije sonriendo intentando sacar mis locas suposiciones de la cabeza

—Creo que todos también están menstruando como yo—me dio una falsa sonrisa y se fue en dirección a los baños

Caminé lo más rápido que pude a la clase para evitar las miradas de todos, especialmente de las chicas. Entré y me senté atrás así no me miraban pero como quiera lo hicieron.

Hil ya se estaba tardando demasiado, no pude concentrarme mientras el aburrido maestro explicaba la historia de la mesopotamia. Me estaba empezando a marear así que le pedí al maestro permiso para ir al baño.

Llegué casi corriendo y me detuve en blanco cuando vi a Hil discutiendo con dos chicas de aspecto oriental, me acerqué sin importarme lo que hablaban, ya estaba harta de que todo el mundo actuara extraño y yo sentirme como la única que no sabía lo que estaba pasando, y así era.

—¿Qué está pasando aquí, Hil?—las chicas me miraron de arriba hacia abajo y se fueron con una sonrisa triunfal. Les iba a exigir una explicación pero Hil me detuvo antes de que pudiera golpearlas

—Calma Maddi—me dijo con una expresión que solo podía significar una cosa, algo muy malo estaba ocurriendo y tenia que ver conmigo —Vamos, entremos al baño que hay algo que debes saber

—Dime ya—dije con voz ronca, tosi para aclarar mi garganta

—Maddi... es que—Hil abrió la llave del lavamanos y mojó su cara, luego se puso frente a mi y sentí que el mundo me caía en picada—Están comentando que Vid a dicho que tuvo sexo contigo anoche

—Qué diablos estas diciendo?... el no pudo haber dicho eso... ni siquiera nos besamos...yo—la voz ya no me salía e Hil me abrazó sabiendo que me iba a echar a llorar

—Es un desgraciado, es mi culpa nunca debí convencerte de ir a la fiesta—me dijo acariciando mi cabello

—Esto no se va a quedar así—dije separandome de ella y secando mis lágrimas con brusquedad de mi rostro

—Qué va a hacer?—preguntó Hil con ojos brillantes

—Tu que crees—salí del baño, e Hil y yo nos dirigimos a los bancos del patio

No volvimos a entrar a clases, en receso le habíamos dicho a una compañera del curso que me trajera mi mochila, no podía pensar en nada más que esperar la hora de la salida para decirle a Vid todas sus verdades a la cara. Hil y yo planeabamos que palabras exactas utilizar para herirlo tanto como yo lo estaba en este momento.

Esa noche me había parecido una persona distinta y más real, pero me di cuenta que solo era parte de su juego. Llegó la hora de la salida y a penas tocó el timbre Hil y yo ya estábamos en la puerta.

Antes de que todos empezaran a salir estábamos frente a la calle que conectaba ambos centros, esperaba ansiosa ver a Vid aparecer hasta que lo vi, venía rodeado de personas como siempre estaba.

Sin pensarlo me acerqué a el sin importar las miradas de todos.

—A ti te quería ver—dije casi gritando, todos se pusieron a nuestro alrededor como siendo cómplices de lo que pasaba

El se acercó a mi con una sonrisa ignorando la forma en que lo había detenido. Pero yo lo alejé y le di una cachetada, sentía tanta rabia en mi corazón pero sobre todo decepción de que el haya resultado ser como todos decían.

Todo por el miedo a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora