Capítulo 22

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Todo había pasado muy rápido, pensé que Hil se había ido porque Vid y yo teníamos un rato hablando y no había visto señales de ella por ningún lado pero luego comprendí que se quedó cerca por si la necesitaba, o conociendo sus pensamientos, por si me le lanzaba a molerlo a golpes.

Me dejé llevar con el, lo admito, pero no pude evitarlo al tenerlo tan cerca de mi. Ni siquiera sabia si era lo correcto o no pero de lo que si estaba segura era que las cosas no serían nada fácil. Vid y yo nos separamos de golpe y sentí un pinchazo en el corazón.

Levanté la vista y allí estaba mi mamá caminando en dirección a nosotros, aún estaba muy cerca de Vid así que me alejé disimuladamente e Hil se puso en medio de nosotros. Se lo agradecí en el alma, amigas como ella vale oro, aunque no importaba que él estuviera lado de mí, ella sabía perfectamente el pavor que le tenía a mi madre respecto a esos temas y lo mal pensada que ella era ya que nunca acostumbraba a tener amigos varones, la verdad nunca.

—Siguen aquí—dijo mi mamá con una sonrisa, aparentemente no me había visto basándome con Vid y respire de alivio como si mi alma volviera a mi cuerpo—Qué hacen—dijo en un tono mas serio al ver mi cara catastrófica, la de Hil en shock y a Vid con cara de que no sabia wie rayos pasaba—No me van a presentar a su amigo?

—Mucho gusto señora, soy Vid—dijo dándole la mano educadamente a mi madre—Voy a la escuela con las chicas... bueno soy del otro centro—dijo con una sonrisa de niño

—Mucho gusto, soy la madre de Maddi—dijo devolviendole el saludo con una sonrisa

—Mamá, ya viniste de casa de mi madrina ¡Tan pronto!—que idiota sonó lo que acabas de decir Maddi, Hil contuvo un risita y la mire de reojo

—Si, ella tenía un compromiso—dijo mi mamá, parecía otra persona, mas amable y servicial. Acaso sería mi miedo que me tenia ciega y no me dejaba ver que en realidad ella no era tan mala como pensaba—Voy a preparar la cena, quieren venir chicos?

—Sería un placer—dijeron Vid e Hil al mismo tiempo, como si se hubiesen combinado

—Perfecto, los veo en la casa—dijo mi madre y marchó

Los miré a ambos con una sonrisa, lo que me acababa de pasar había sido uno de los momentos con más adrenalina que había sentido en mi vida. Estaba un poco emocionada y nerviosa a la vez de que él fuera a mi casa y mejor aún, que mi madre lo había invitado a cenar, eso significaba que había empezado con buen pie... pero de qué estoy hablando, solo somos amigos.

—No tienes que ir si no quieres— le susurré a Vid mientras íbamos en dirección a mi casa

—Tu mamá es muy simpática y tuvo la amabilidad de invitarnos, además es un buen pretexto para pasar tiempo contigo—dijo haciendo una mueca como un niño de kinder 

—Cuando cruces esa puerta no habrá vuelta atrás—dijo Hil en tono de terror mirando a Vid—Estás a tiempo de arrepentirte

—Jajaja, amo los retos—le contestó riendo

Entramos a la casa y un olor a quemado inundó nuestras narices, al parecer mi madre había prendido el horno porque se escuchaba desde la cocina haciendo lamentos, cosa que siempre hacía cuando encendía la estufa porque a veces no podía y desperdiciaba muchos fósforos.

Normalmente cuando Hil viene a mi casa subimos a mi habitación y vemos películas, si acaso una que otra tarea pendiente pero la mayor parte del tiempo vemos series o leemos revistas haciendo test de que si mi crush se fijará en mi y esas tonteras. Siempre tenemos de que hablar y entretenernos con cualquier disparate pero hoy era diferente. 

Vid, un chico que siempre tiene de que hablar con sus amigos y se rodeaba de personas seguramente divertidas, se encontraba en la sala de m casa mirando las fotos familiares y yo sin saber que decirle, por suerte mi amga estaba aquí para ayudarme aunque se había ido drectamente a la cocina para ayudar a mi madre.

Todo por el miedo a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora