Capítulo 11.

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/ Narra Emilia. /
Sollozaba mientras mis lágrimas caían por mi rostro.

Estaba llorando por una estupidez.

Sentí que golpeaban la puerta y rápidamente me quité las lágrimas.

Emilia: ¡Vete! - Grité.
Xxx: Emilia, soy Joel. Déjame pasar. - Dijo calmado.
Emilia: ¡No quiero verte! - Comencé a llorar de nuevo. - ¡Vete!
Joel: No me voy a ir hasta ver que estés bien. Te quiero Emilia, y no quiero verte mal. - Susurró pero llegué a escucharlo.

Caminé a paso lento por la puerta y le abrí.

Emilia: ¿Qué dijiste? - Dije sorprendida.
Joel: Dije tantas cosas. - Sonrió y yo sonreí.
Emilia: ¿Me dijiste que me querías? - Dije algo tímida.
Joel: Te quiero. - Dijo sonriendo y yo lo abracé fuertemente.

El rodeaba mi cintura con sus brazos mientras su rostro estaba en el hueco de mi cuello.

Yo estaba rodeando su cuello y mi nariz tocaba su mejilla.

Que lindo se sentía estar así.

Nos separamos y nos quedamos mirando por unos segundos.

Joel: ¿Puedo pasar? - Dijo y yo asentí. El caminó y se sentó en mi cama mientras yo cerré la puerta con llave para que Stephanie no entrara. - ¿Qué haces? - Dijo inocentemente y yo casi me desmayo de tanta ternura.
Emilia: Cierro la puerta con llave para que Stephanie no entre. - Le dije sentándome a su lado.
Joel: Pensé que me ibas a hacer algo. - Dijo pícaro y yo reí fuertemente.
Emilia: ¡Eres un asco! - Reí.
Joel: ¡Ay, vamos! - Rió. - ¡Como si nunca haz imaginado cosas indebidas conmigo! - Dijo.
Emilia: ¿Tú haz imaginado eso conmigo? - Dije parándome sorprendida.
Joel: ¿Usted piensa que esta belleza alguna vez pensó algo con usted? - Reí.
Emilia: No lo sé. Por ahora no soy adivina. - Dije rodando los ojos. - Tú dime.
Joel: Déjame pensarlo. - Dijo haciéndose el que pensaba.
Emilia: ¡Ay vamos! - Reí. - ¡De seguro me haz hecho tuya varias veces!
Joel: ¿Y tú quieres que te haga mía? - Dijo acercándose peligrosamente.
Emilia: ¡Ay sí! ¡Todas las noches sueño con que me hagas tuya! - Dije sarcástica pero choqué con la pared.
Joel: Veo que estás muy directa. - Dijo estando a milímetros de mí.
Emilia: Obvio. Siempre hay que serlo. - Le dije.
Joel: ¿Y tú? - Dijo rozando sus labios con los míos. Me iba a matar de locura este hombre. - ¿Me haz imaginado siendo tuyo? - Dijo tocando mi cintura.
Emilia: - Le seguiría el juego. - Un millón de veces. - Dije besando la comisura de sus labios. - ¿Tú?
Joel: Millones de veces. - Repitió bajando sus manos a mi trasero.
Emilia: ¿Y qué esperas para hacerlo realidad entonces? - Le dije y él me besó apasionadamente.

Me tomó del trasero e hizo que enroscara mis piernas en su cintura.

Nos besábamos salvajemente.

El caminó hacia mi cama conmigo encima y me tiró a esta quedando encima de mí.

Dejó de besarme y comenzó a succionar mi cuello mientras yo soltaba gemidos ahogados.

Me di vuelta dejándolo abajo de mí y comencé a besarlo desesperadamente. Luego bajé mis besos hasta su cuello y tal y como hizo él, comencé a succionarlo.

Agarré los bordes de su remera negra la tiré hacia arriba, dejándome ver sus hermosos y perfectos músculos.

El me dejó bajo de él y comenzó a quitarme el pijama, dejándome en ropa interior.

No esperó más y desabrochó mi sostén y lo tiró a alguna parte de la habitación.

Comenzó a chupar, besar y lamer mis pechos mientras yo me retorcía debajo de él.

Tomé su pantalón y lo bajé, quitándoselo rápidamente.

El en un movimiento ágil me quitó mi braga.

Joel: ¿Preparada, hermosa? - Dijo con voz ronca.
Emilia: Más que preparada. - Dije agitada.

En ese momento sentí como metió un dedo en mi feminidad.

Emilia: ¡Ay Joel! ¡Por dios! - Gemi.
Joel: Mmmm así, sigue gimiendo mi nombre. - Dijo excitado.

Metió un segundo dedo. Gemi curvando mis caderas.

Metió el tercer dedo. ¡No podía ser más rico! Gemi muy fuerte.

El metía y sacaba rápidamente los dedos y yo llegué al orgasmo.

¡Ningún hombre me había hacer llegado al orgasmo con los dedos!

Sentí algo caliente que se deslizaba lentamente por mi feminidad. La lengua de Joel.

Este hombre me tenía totalmente loca.

Luego lo hice parar, me agaché, bajé su bóxer y empecé a lamer, chupar y besar su pene mientras lo miraba a los ojos.

Se vino en mi boca y yo gustosamente lo tragué.

Me acostó rápidamente en la cama y buscó un en su pantalón un sobre pequeño plateado. Lo rompió y me lo dio.

Joel: Ponlo, preciosa. - Me dijo y yo se lo puse delicadamente mientras lo hacía suspirar. - Ahora verás lo que es el placer de verdad.

Entró en mi bruscamente y lancé un gemido ahogado.

Entraba y salía con todas sus fuerzas. ¡Sentía que me iba a partir!

Emilia: ¡Ay! ¡Más Joel! ¡Más! ¡Más duro! - Le dije totalmente excitada.
Joel: Como la princesa lo ordene. - Dijo y me besaba lentamente mientras que sus movimientos eran cada vez más duros. - Ponte en cuatro.

Le hice caso y me puse en cuatro. Me penetró con fuerza.

Nunca había accedido a esto con nadie. Nadie lograba ponerme en cuatro porque me negaba rotundamente, pero con este hombre haría hasta el 69, otra pose que no me atreví con nadie.

Lanzaba gemidos fuertes, hasta que tomé el control.

Ahora era yo la que estaba encima de él.

Comencé a cabalgar mientras el lanzaba los gemidos más sexys que he escuchado.

Lo besé salvajemente mientras saboreaba cada rincón de su boca.

Me dejé caer y él se subió arriba mío y comenzó a penetrar con fuerza.

Mis gemidos de seguro se escuchaban desde la calle.

Estaba a punto de llegar.

El salió y entró bruscamente haciendo que los dos llegaramos al orgasmo, juntos.

Cayó a mi lado y me abrazó por la espalda.

Joel: Eres maravillosa, princesa. - Me dijo con voz ronca.
Emilia: Y tú eres el más maravilloso y sexy que he visto. - Le dije y él besó mi cuello.
Joel: Duerme, hermosa. - Me dijo besando mi mejilla.
Emilia: - Reí. - Descansa. - Y caí en profundo sueño.

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