NO SOY YO.

Capítulo 24.

/ Narra Emilia. /
Un mensaje llegó a mi celular. Lo prendí, lo desbloquee con mi huella y entré a WhatsApp.

Zabdiel me había escrito.

Zabdiel.
Hola. ¿Cómo estás?

Muy bien, ¿tú?

Zabdiel.
Bien bien.
Oye, quería invitarte a salir el sábado. ¿Te parece bien?

Amm...sí, creo.

Zabdiel.
Entonces te espero en el parque que está en frente de la heladería a las 15:30 horas.

Claro.

Zabdiel.
Buena suerte.

¿Buena suerte? ¿Que quiso decir?

Era extraño que Zabdiel me haya invitado a salir porque ayer nos habíamos peleado porque él no aceptaba que esté completamente enamorada de Joel.

Quizás ya lo superó o se olvidó del tema y quiere salir como, obviamente lo que somos, amigos.

Xxx: Hey, ¿qué te pasa? Te noto distraída. - Me dijo. Levanté la mirada y vi a Joel sentado a mi lado.
Emilia: Estaba hablando con Zabdiel. - Su expresión cambió a enojado. - Y me dijo "buena suerte".
Joel: ¿Buena suerte? ¿Por qué? - Preguntó.
Emilia: No lo sé. Es extraño que me haya dicho eso. ¿Buena suerte en qué o que? - Dije extrañada.
Joel: Si tú no lo sabes yo mucho menos. - Me dijo.
Emilia: - Suspire. - Tienes razón. Gracias por preocuparte. Te amo. - Solté.
Joel: ¿Qué? - Preguntó sorprendido.
Emilia: Te amo. - Le dije y el sonrió.
Joel: Yo te amo mucho más.

Nos acercamos lentamente y nos unimos en un tierno y suave beso.

Con él fue la primera vez que besé lento. Siempre con otros chicos fue apasionado, porque simplemente no sentía absolutamente nada por ellos, pero con Joel es lento porque demuestra cuánto nos amamos.

Nos separamos, y como siempre hacemos cuando nos besamos, sonreímos.

Tomé su rostro y comencé a darles besos por todo su rostro mientras a él se le escapaban algunas sonrisitas.

Por suerte nos encontrábamos solos y los chicos no nos interrumpirian.

Él me subió a su falda y comenzó a besarme.

Me cargó y comenzó a subir por las escaleras, tropezandonos y escapando risitas.

Llegamos a su habitación, cerró la puerta con llave y me pegó a la pared.

Sus besos hacían que me volviera total y completamente loca.

Mis brazos estaban alrededor de su cuello y una de sus manos se encontraba en mi trasero, mientras la otra estaba en mi cabello.

Me separé de él y me bajé, mientras el me miraba sorprendido.

Tomé sus manos y las guié hasta mi camisa, y este comenzó a desabrocharla y la tiró por alguna parte de la habitación.

Desprendió el botón de mi short y lo bajó lentamente y también lo lanzó.

Yo comencé a quitarle su ropa hasta dejarlo en ropa interior.

Me cargó y me llevó a la cama mientras nos besábamos, esta vez, apasionadamente.

Luego de unos minutos estábamos desnudos y con muchísimo calor.

Me penetró con fuerza y yo gemi. Él seguía penetrandome rápidamente mientras en la habitación se escuchaban nuestros gemidos.

Este chico era perfecto.

Joel: No quiero hacer algo cliché, por eso mismo lo haré aquí. - Me dijo parando. - ¿Quieres ser mi novia?
Emilia: - Lo besé apasionadamente. - Obvio que quiero ser tu novia. - Le dije y sonrió.

Siguió penetrandome con fuerza.

Que manera tan única y especial de pedirme ser su novia.

Obviamente no lo rechazaría ni lo iba a rechazar.

Joel: Ahora. - Dijo agitado mientras seguía penetrandome. - Ahora podemos dormir juntos.
Emilia: Ah. - Gemi. - Claro que sí. - Gemi. - Más fuerte.
Joel: Lo que la novia más hermosa ordene.

Comenzó a darme aún más duro mientras yo me retorcía debajo de él.

De seguro se escucharían nuestros gemidos desde la otra esquina, pero no nos importaba. Estábamos disfrutando mucho del uno al otro.

Llegamos al orgasmo juntos y Joel se acostó a mi lado abrazándome por la cintura.

Emilia: Te amo, amor. - Le dije agitada.
Joel: También te amo, mi amor. - Me dijo con su voz ronca.

Se escuchaba tan sexy su voz ronca que sin pensarlo dos veces me giré y lo besé.

Volvimos a hacerlo una y otra vez hasta que llegó el orgasmo y ahora sí, nos acostamos abrazados para poder dormir.

Había sido una de las mejores noches de mi vida.

La primera fue la primera vez que lo hice con Joel.