NO SOY YO.

Capítulo 10.

/ Narra Emilia. /
Caminé a mi habitación y decidí ponerme mi pijama de Stich.

Fui hacia la sala y me senté, ignorando las miradas.

Emilia: ¿Qué quieren? - Solté de mala manera.
Joel: Uy, veo que no te haz divertido hoy con Zaniel. - Dijo riendo.
Emilia: Primero. No te interesa. Segundo. Me divertí muchísimo. Y tercero. Es Zabdiel, no Zaniel. - Dije fulminándolo con la mirada.
Joel: Y si no me interesa. ¿Por qué me haz contestado? - Me sonrió. ¡Por dios! ¡No me sonrías más así si no quieres que me lance a besarte!
Emilia: No tengo ganas de discutir y mucho menos contigo. - Dije.
Joel: ¿A sí? y ¿por qué? - Dijo acercándose hasta quedarse a mi lado. Nuestros rostros estaban a sólo centímetros.
Emilia: Porque... - Miré sus labios. No resistí más y lo besé.

Había echado de menos sus labios.

Sus labios se movían al compás de los míos.

El pidió pase de su lengua a mi boca y obviamente se lo permití.

El beso era muy intenso. Parecía que de un momento a otro terminaríamos haciéndolo en el sofá.

Stephanie: Los dejaría seguir comiéndose, pero van a terminar haciendo cosas indebidas frente a mis ojos. - Nos dijo y nosotros nos separamos lentamente.
Christopher: ¡Wow! - Soltó rápidamente. - Esto demuestra cuánto se odian. - Comenzó a reír.
Erick: ¡Iban a hacer el amor frente a nosotros! - Grito y todos rieron menos Joel y yo.
Emilia: ¿Qué dicen? - Dije nerviosa. - Ustedes están locos.
Joel: Tiene razón Emilia. - Dijo.
Stephanie: Nosotros estamos locos, pero ustedes están locos de amor. - Rió y Joel y yo nos sonrojamos.
Erick: Hasta Joel le da la razón a Emilia. - Rió. - ¡El amor! - Suspiro.
Joel y Emilia: ¡Ya callense! - Gritaron ambos.
Stephanie: ¡Qué conectados que están! - Suspiró.
Erick: ¡Admitan que se gustan! - Gritó.
Christopher: ¿Qué les parece? - Dijo. - Joemilia o Emiliel. - Dijo pensando.
Emilia: ¡No inventen! - Reí.
Stephanie: Emiliel es raro. - Dijo haciendo una mueca.
Erick: ¿Joemi? - Dijo.
Christopher: Es más lindo Joemilia. - Dijo. Joel y yo suspiramos frustrados.
Erick: Joemi. - Gritó.
Christopher: Joemilia. - Gritó también.
Stephanie: Emiliel. - Gritó.

Comenzó una pelea y Joel y yo nos mirábamos frustrados.

Joel y Emilia: ¡Ya basta! - Gritamos. - ¡Es Joemilia y punto! - Nos miramos sorprendidos.
Christopher: ¡Uh! ¡Hay más que amor acá! - Gritó.
Stephanie: ¡Hasta admitieron Joemilia! - Gritó y me sonroje.
Erick: ¡JOEMILIA! - Gritó como mujer y todos reímos.

Siguieron y siguieron gritando Joemilia mientras Joel y yo a veces nos mirábamos sonrojados.

Emilia: Bueno, ya. - Dije. - Los vecinos nos vas a matar.
Stephanie: ¡Hay! ¡Lo olvidé! - Dijo tapándose la boca.
Emilia: - Suspire. - Bueno. ¿Qué me iban a decir? - Los miré.
Christopher: Tú y Stephanie van a vivir en nuestra casa a partir de mañana. - Soltó de repente.
Emilia: ¡¿Qué?! - Grité. - ¡No! ¡No me van a obligar!
Erick: Emilia, baja la voz. Los vecinos le van a decir algo. - Dijo calmado.
Emilia: ¡Qué me importan los vecinos! - Grité. - ¡Yo no me voy a ir a vivir con ustedes!
Stephanie: ¡Vas a vivir con nosotros lo quieras o no! - Gritó. - ¡Así que ahora levantas tu trasero y lo llevas a tu habitación a empacar las maletas!
Emilia: ¡No eres mi madre! ¡Soy mayor de edad y puedo hacer lo que se me plazca! - Le grité furiosa.
Stephanie: ¡Vas a ir conmigo lo quieras o no! ¡Así que ve y empaca tus maletas! - Dijo furiosa.

Me levanté totalmente enojada y fui hacia mi habitación.

Tiré una maleta arriba de mi cama y comencé a tirar ropa en ella.

Lloré y lloré.

No puedo creer que mi mejor amiga me haga esto.

¡No entiendo porque le hago caso si ella no es nadie para mandarme! Como ya dije, ¡soy mayor de edad y puedo hacer lo que quiera!

Pero hacía esto porque no quería perder mi amistad con Stephanie.

Ella podía ser imposible muchas veces, pero sin embargo es mi mejor amiga.

Lloraba mientras tiraba la ropa dentro de la maleta.

Cuando a esta no le cabía más nada, agarré otra maleta y empecé a empacar cuadros, accesorios, maquillaje, cepillo de dientes, esponja, jabón, entre otras cosas.

Cuatro maletas. Sí, tenía varias cosas.

Me senté y comencé a mirar toda mi habitación. Estaba vacía. Lo único que se encontraban eran las cosas que ya habían en el hotel cuando llegué.

Suspire entrecortadamente. Apoyé mis codos en mis piernas y puse mis manos en la cara mientras comenzaba a llorar.

Odiaba la actitud de Stephanie.