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Narrador: Seungmin.
Hacía bastante tiempo tenía el amargo sabor en la boca de haber perdido una parte de mi en algún sitio. ¿Por qué las cosas de repente se sienten tan vacías que parecen nunca haber tenido esa calidez que te hace sentir? De repente me volví solo yo en medio de la noche, fría y desolada.
Porque, es tan decepcionante anhelar tanto algo, desearlo y aferrarte tanto a ello para que sea más de lo mismo.
Pero ahí estaba yo, la noche de mi cumpleaños, de pie en el borde de la terraza apoyado en la baranda del edificio donde vivía, otra vez, buscando claridad en la soledad.
—¿No tienes miedo? — preguntó una conocida voz femenina a mis espaldas.
—¿Tienes miedo a las alturas? — dije girándome a ver a mi amiga, vestía un atuendo completamente negro y se abrazaba así misma, incluso con su chaqueta, por la baja temperatura.
—Solo un poco.
—Entonces ven — dije extendiendo mi mano, ella me miraba con desconfianza —. Es momento de... ¿Superar tus miedos?
Ella me sonrió, correspondiendo a mi estúpido comentario y acercándose lenta y dudosamente hacia mi.
—Dios — susurró viendo la altura del edificio.
—Tranquila — le respondí sonriéndole, pues me daba ternura.
Teníamos una hermosa vista de una ciudad carente de personas - claramente por la hora- ruidos o molestia, solo una ciudad, luces y la luna. El silencio se abrió paso entre nosotros, simplemente llenando nuestros oídos de paz.
—Seungmin, ¿Por que estás aquí? — cuestionó sin mirarme, con sus ojos fijos en la baranda.
—No lo sé. Creo que... había mucho ruido en mi mente, necesitaba callarlo un poco. ¿Y tú?
—Te vi subir, y quise hablar contigo, más bien, quiero decirte unas cuantas cosas.
—Oh vaya — reí —, parece que la cosa se pone seria.
—Si, es algo serio, Seungmin.
Su tono de voz dejó de ser uno juguetón y dulce como el de siempre, fue uno que detonaba algo fuerte, sin la necesita de mitigarlo de ninguna forma. Inmediatamente la miré directo a sus ojos y le dirigí toda mi atención. Tras un silencio, ella comenzó a hablar.
—¿Dónde estás?
—Disculpa, ¿Qué has dicho? — su pregunta me había desconcertado.
—¿Qué te pasa Seungmin? Yo sé que no estás bien, no me lo niegues.
Ahora entendía a donde iban dirigidas sus preguntas.
No me sorprendía que ella se haya dado cuenta, al fin y al cabo parecía que tenía el don de leerme como un libro. El problema era que yo no quería que lo supiera.
—Estoy bien — fue lo único que atiné a decir.
Ella me miró y noté en sus ojos unas cuantas lágrimas que luchaban por no salir.
—Te extraño, ¿Puedes volver a ser tú, Seungmin? Cada día estas más triste, y cada día te cuesta mas plantar una sonrisa en tu rostro, y antes era tan distinto.
Se abrazó a mi cuerpo, ya sin intentar retener las gotas de agua salada. Mi corazón sintió que lo exprimían con mucha fuerza al ver tanta tristeza en ella.
—L-lo siento.
—¿Puedes decirme qué te pasa?
—Bien. Pero no aquí — accedí.
Tomé su mano y comencé a dirigirnos a salida.
La miré de reojo, ella sacaba sus lágrimas de su rostro con el dorso de su mano.
Bajamos hasta el estacionamiento del edificio y nos subimos a mi auto, ignorando sus preguntas sobre a dónde íbamos.
Manejé hasta una vía de trenes que se encontraba abandonada. Hallé este lugar por casualidad y se convirtió en un lugar para venir a pensar.
—¿Qué hacemos aquí?
—Este es un lugar que, no sé, me da mucha paz.
—Pensé que la terraza también.
—Pero aquí es distinto. Aquí somos tú y yo, allá éramos tú, yo y un edificio repleto de gente — dije sentándome en capó del auto, ella no tardó en imitarme.
—Bueno — suspiró.
—No me siento yo — comencé, pues a eso habíamos venido — , y sé que no soy yo, pero no entiendo qué me sucede. Es que, quizá, las personas dicen tantas cosas, llenan sus bocas con rumores, con estupideces, creo que estoy harto que piensen que me conocen y no entienden ni una cuarta parte de mi. Y no sé si sea tonto, pero entre tantos comentarios ya no se ni como soy, en algún momento me perdí intentando ser igual que lo que decían, pero ahora — mi voz se empezó a cortar y sin poder evitarlo mis mejillas empezaron a empaparse por mis lágrimas — Ahora no me encuentro. No me interesa nada, todo me resulta insípido, y tengo miedo de jamas poder revertir esto.
—Esta bien, Seungmim. Escucha, voy a ayudarte, ¿Si? Vamos a resolver esto — me consoló acariciado mi cabello.
—¿Pero que pasa si nunca me encuentro? Ni siquiera me interesa la música ahora y eso me aterra.
—Yo te lo prometo, ya no te preocupes, ¿Sabes por qué? Porque voy a estar aquí, cerca de ti para siempre.
—Todo el mundo promete lo mismo.
—Pero conmigo es distinto. Cuando el silencio te asuste, voy a hacer mucho ruido por ti, cuando necesites que alguien apriete tu mano, voy a abrazarte con toda mi fuerza, y cuando sientas que te asfixias entre dudas, ahí voy a estar para resolverlas. Ya no tengas miedo, porque ya no estas solo.
Todas sus palabras habían susurrado cosas dulces directo a mi corazón, y había provocado que mi sonrisa sea un poco mas verdadera.
—¿Desde cuándo eres tan pero tan cursi? — pregunté sonriéndole.
—Solo contigo, siéntete especial.
Yo solo reí. Pronto sentí su cuerpo pegarse al mio en un abrazo, mientras veíamos la oscura noche en un completo y pacífico silencio.
—¿Seungmin? — me llamó y emití un sonido de afirmación, para hacerle entender que la oía — Feliz cumpleaños.
Cierto, era mi cumpleaños.
—Gracias por hacerlo empezar un poco mejor — dije dejando un pequeño beso en su cabello.
Espero que hayan disfrutado leer el shot, y si a alguien le interesa escribí esto mientras escuchaba "There for you" de Martin Garrix, no hay muchas similitudes pero me dio la idea, se los digo porque es una linda canción ❤
