𝒆𝒎𝒑𝒕𝒚

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                  ▪︎ Hwang Hyunjin ▪︎

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                  ▪︎ Hwang Hyunjin ▪︎

     El cuarto que solía pertenerle a ambos ahora se sentía casi tan gélido como el mismo invierno, a pesar de ser primavera.

   Hyunjin miraba detenidamente a su alrededor y se preguntaba cómo todo lo que un día pintaron entre amor y risas se había desvanecido como si de un cambio de estación se tratara.

    El cariño no era el mismo.

    El sentimiento no era el mismo.

    Ellos ya no eran lo mismo.

    Pero resulta tan difícil soltar algo a lo que se ha amado tan intensamente. Es tan complicado arrancar de sí mismo a quien se volvió parte de nosotros.

    Hay muchas cosas que llevan a una pareja al abismo de la confusión. Pero para Hyunjin no hay nada nada que pudiera haber hecho tan daño a su relación. Sabía que ella se sentía igual, ambos sabían como se sentían, y sin embargo preferían callar, antes que partir por separado.

   Pero, ¿Qué tan sano es, sostener cerca a alguien que ya no nos hace bien, porque ya no recordamos que es estar solos?

  Todos aquellos pensamientos colisionaban en su mente sin ninguna pizca de contemplación a su estabilidad mental.  Tenía un incómodo nudo en la garganta y se sentía cada vez mas ansioso con cada segundo que corría en el reloj.

  Con las manos temblando ligeramente se encaminó al balcón del departamento perteneciente a su pareja, el mismo que habían compartido hace más de un año, para por lo menos intentar calmarse respirando el aire fresco de la tarde.

  La lluvia azotaba con ferocidad la ciudad, podía escuchar las gotas de lluvia golpear en cantidad la acera estruendosamente, por lo que prefirió quedarse parado sobre el riel de las ventanas corredizas. Una fría ventisca propia de la lluvia se coló en su ropa, provocándole un escalofrío y obligándolo a frotar sus manos sobre sus desnudos brazos.

  De alguna forma sentía que el melancólico clima acompañaba a su melancólico corazón. Y aquello lo había serenado, de tal forma que estaba profundamente embelesado ante su vista, y no le quitó la mirada de encima hasta que sintió el ruido de llaves introduciéndose en la cerradura de la puerta.

  Se dio la vuelta, aún tranquilo, observando como la joven muchacha ingresaba en el lugar, seca.

—Pensé que habías olvidado tu paraguas — murmuró Hyunjin.

—Lo hice. Sunnie me trajo en su auto.

  El muchacho asintió, recordando a Sun — cariñosamente apodada por todos como "Sunnie" — como la mejor amiga de su pareja desde hace siglos. Miró sobre la mesa las toallas que tenía listas para abrigarla apenas entrara, pues suponía que estaría empapada; pero al no necesitarlas, desapareció por el pasillo para devolverlas a su lugar.

  Mientras sus pies recorrían el extenso pasillo hasta el mueble del baño donde guardaban las toallas, su mente, inevitablemente, evocaba varios recuerdos que ahora sabían amargo. Cuando ella llegaba de cualquier lado, solía saltar a los brazos del muchacho apenas lo veía, o abrazarlo por la cintura, o asustarlo, o decirle algo, algo más, sencillamente eso. Eso, ya no era tan frecuente.

  Y ambos lo sabían. Sabían perfectamente todo cuando los dos se miraron, el en el medio de la sala y ella en la entrada. Lo sabían, pero Hyunjin la miraba y aún veía a la mujer más preciosa que sus ojos habían contemplado.

  Todas sus ideas de dejarla en su pasado amoroso aquella tarde desaparecieron. Guardaba una pequeña e inocente esperanza dentro de si de que algo entre ellos podía volver a florecer. La calma después de la tormenta, el sol asomándose otra vez, algo como eso, con algo de suerte y trabajo.

 Decididamente avanzó hasta la muchacha, enredando fuertemente sus en su cintura y besándola con delicadeza, contrarestándose con su fuerte agarre en la chica.

 La muchacha, a pesar de encontrarse sorprendida, no perdió el tiempo, correspondiéndole casi inmediatamente. El toque se extendió a uno cuantos besos más, todos igual al anterior.

   El corazón de ambos dolía entre cada roce, ya no se sentía tan dulce y acaramelado como solía hacerlo. Era un tacto carente de amor, era, en realidad,  un tacto desbordante de necesidad de permanecer juntos a pesar de todo, porque no recordaban que era vivir sin el otro.

  Las lágrimas comenzaron a descender desde los ojos de ambos, algunas mezclándose entre sus labios, sintiendo el salado sabor de ellas.

  Ella fue la primera en separarse. Levantó la vista, encontrándose con los rojizos ojos del muchacho, dándose cuenta de que nada entre ellos podría arreglarse, y que lo único que hacían era lastimarse al mantenerse cerca.

Lo siento tanto, Jinnie.

  Susurró, tan bajo que incluso fue difícil de oír por él. Dejó un último beso en la frente de su pareja, acariciando sus mejillas con sus pulgares, para luego irse sin decir nada.

  Cruzó la puerta de entrada, yéndose de su propia casa, sin importarle la lluvia ni nada, porque no se permitiría seguir ahí y hacerse incluso más daño a ambos.

   Y aquella vez, Hyunjin ya no tenía la misma fuerza para ir a buscarla. Para seguirla entre la peor de las tormentas o con la nieve llegándole a las rodillas incluso. La dejó irse, hundiéndose en su dolor en soledad, disconforme con la idea de que su amor no haya sido una historia para siempre, más bien uno idílico.

  Pero al fin y al cabo, aceptándola como la realidad que era.

    

   

    ...

   Hola, ¿Qué tal? (Inserten a Chan hablando español, yo me morí, se los juro)

   Además de eso, como viene su fin de semana? Por ahí más tarde vuelvo a actualizar 🤭🤭

                    Gracias por leer¡!

  
   
   

ˢᵗʳᵃʸ ᴷⁱᵈˢ ¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora