Narrador: I.N
Odiaba mi cumpleaños.
Lo único que hacía era recordarme uno de los días mas tristes de toda mi vida.
Comenzaba a verlo más como el aniversario de aquel fatídico día mas que el de mi nacimiento.
Mi odio nació después del divorcio de mis padres hace algunos años, yo los entendía, el amor a veces se acaba y agradecía que lo que hayan hecho de forma madura.
Vivía con mi madre pero mantenía una buena relación con mi padre.
Pronto llegó mi cumpleaños número quince, un año y un par de meses luego de la separación de mis progenitores.
Mi padre había hablado conmigo unas noches antes, se disculpó porque no iba a tener un segundo para verme el día de mi cumpleaños debido a que tenían una jornada muy extensa en su trabajo.
A pesar de haberme entristecido un poco, comprendí la situación y le dije que no se preocupara.
Sin embargo con mi mamá planeamos algo. Ella notó mi poco ánimo con la noticia y sugirió que vayamos como sorpresa a la casa de mi padre para por lo menos brindar juntos y así celebrar otro año de vida para mi.
Yo tenía una copia de la llave porque generalmente pasaba los fines de semana en su casa, así que el plan era perfecto y yo estaba realmente feliz.
El día había llegado y desayuné entre felicitaciones y risas con mi madre. Un rato después un paquete llegó a casa, era un obsequio de mi padre.
Estaba prolijamente envuelto y tenia una nota en la que volvía a disculparse, mi madre y yo sonreímos cómplices.
Mi padre llegaría del trabajo rozando las diez, así qué a las nueve salimos de mi casa con un pastel y una botella de sidra.
Abrí la puerta de su departamento y mi mundo se vino abajo.
Ya había un pastel, velas encendidas, mucha gente cantando y mi padre, festejando el cumpleaños de un pequeño niño que no era yo.
La furia de mi madre no se hizo esperar. Tuve que sacarla antes de que se pusiera a gritar y di una ultima mirada a mi padre, reflejando cuan traicionado me sentía.
Lloré toda la noche mientras oía los gritos y maldiciones de mi madre.
Al otro día llegó temprano queriéndonos explicar todo, yo no pensaba escuchar nada y al parecer mi madre tampoco, ya que su enojo seguía ahí y no lo dejó ingresar.
Él tenía algo así como una familia secreta, y en realidad nunca supe desde cuando, si fue extra-matrimonial o luego de la separación.
Y casualmente, el hijo de su amante cumple años el mismo día que yo, y mi padre prefirió pasarlo con ellos mintiéndome en la cara.
La relación con él después de aquello jamás volvió a ser igual que antes, y jamás volví a pasar un cumpleaños con él por decisión propia.
Por eso odiaba mis cumpleaños, y todos los sabían, nadie me felicitaba y actuaban como cualquier otro día.
Y lastimosamente para mi, ese día era siete de febrero, un día antes de mi cumpleaños.
Mi mal humor era inevitable en estas fechas.
Aún así, mi mamá no me saludaría, mi padre mucho menos, y mis mejores amigos también conocían la situación y mis preferencias. El resto dudo que alguien mas sepa la fecha en la que llegué al mundo.
Esa noche cenamos temprano y a las nueve estaba en mi cuarto duchado pero sin la más mínima pizca de sueño, así que mi celular y el internet fueron mi salvación.
No estaba seguro de que hora era, seguro ya más de la medianoche, pero aún no me entraba al sueño y ya había visto medio Youtube. En eso, el ruido de piedras chocando con mi ventana me hizo asustar.Me acerqué y vi a los descerebrados de mis mejores amigos. Abrí la ventana y lo primero que oí fue a Lizz gritar desesperadamente.
—¡No la lances, ya abrió, lo vas a matar! Ay Dios santo — bramó mientras que mi amigo bajaba la piedra sonriendo y yo hacía un gran esfuerzo para no partirme de la risa.
—Ábrenos la puerta, Rapunzel — gritó devuelta Lizz y yo asentí.
Bajé las escaleras sin preocuparme que mi madre despertara, pues era literal un tronco.
Los deje pasar y subimos a mi cuarto haciendo silencio, por las dudas.
—¿Qué traman?
—Cállese, tenemos algo importante que decirle. Vamos a secuestrarlo y venderlo como esclavo sexual a la mafia china.
—Estas mal de la cabeza Lizz, ¡Dile lo que acordamos decirle!
Yo empecé a reír otra vez.
—Bueno ya. Hoy es ocho de febrero, día en que nació — mi sonrisa se borró, no me gustaba a donde iba la cosa —, y sabemos que no le gusta que se lo recordemos, pero queríamos decirle dos cosas. La primera es que, conocemos lo duro que le resultó toda esa situación y esto no es con la intención de dañarlo, lo segundo es que queremos que sea feliz.
—No esta bien que odies tu cumpleaños, tu papá te hizo mucho daño en esta fecha, pero queremos demostrarte que a pesar de eso hay mucha gente que te ama y puede hacerte realmente feliz, como nosotros.
—Hyung, yo no...
—Acepte esto, por favor — continuó Lizz extendiéndome un sobre.
Era una carta, leyéndola, unas cuantas lágrimas rebeldes se me escaparon.
—¿Nos da la oportunidad de festejar su cumpleaños? —preguntó Lizz y yo asentí sonriente.
La noche fue genial. Comimos galletas que ellos habían traído, jugamos videojuegos e hicimos karaoke susurrando porque de otra forma gritaríamos. Cuando se hicieron las cuatro de la mañana Lizz sacó de un recipiente de su mochila tres pastelillos y me cantaron el feliz cumpleaños con eso.
Terminamos usando mascarillas, pero en algún momento los tres nos dormimos, y nos despertamos en la mañana con las mascarillas aún en la cara por los gritos de mi madre.
Tendríamos que dar muchas explicaciones, pero definitivamente valió la pena.
------------------------------------------------------¡Hola! ¿Cómo están?
Por mi parte muy mal, el tiempo no para de cambiar y estoy MUY resfriada, pero bueno.
Tengo algo que preguntarles, tengo una historia de Lee know casi completa en mi teléfono, pero no estoy segura de publicarla, ¿Qué piensan?
Espero que les haya gustado, está ligeramente basado en hechos reales pues mi situación no fue idéntica pero si viví algo así.
Tengan un lindo día o una linda noche ❤
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ˢᵗʳᵃʸ ᴷⁱᵈˢ ¡!
FanfictionReacciones, types, imaginas, de todo en cuestión. I hope you enjoy it ✌