¿Qué pasaría si la persona más importante en tu vida te olvida? ¿Si los momentos a los que te aferras nunca existieron? Solo quedarías perdido en el tiempo. Jungkook es mucho más que solo alguien a quien Taehyung ama, es por quien lucharía incluso e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Enero 2011
—Tu madre me ha contado que tuviste un episodio hace cuatro días. —No levanté la mirada, concentrado en el calendario del escritorio. Hoy es dos de enero—. ¿Es verdad? Jungkook, quiero saber qué pasó.
—Salimos con mamá a un parque lejos de la ciudad. Hicimos un picnic y dormimos un rato; era muy lindo.
—Mis manos empezaron a sudar; era molesto—. Cuando desperté, mamá seguía dormida. —La doctora no dejaba de escribir en la tablet que tenía sobre sus piernas, mirándome cada cierto segundo.
—Cada tanto necesito que te detengas y me digas la escala actual primero y la del momento después, ¿sí? —Asentí y continué.
—Cuando me desperté, quise explorar los alrededores; éramos solo nosotros dos. —Ella me miró y mostró su palma, la señal para la escala.
—Ansiedad —dijo.
—Ahora seis, ese día uno. Caminé entre los árboles. Era linda la vista, había árboles más altos en otro nivel, y quise subir. —Me era imposible no retorcer los dedos; recordarlo me estaba haciendo sudar—. Subí como pude, aunque no recuerdo cómo lo logré. No había nada cerca para apoyarme, así que trepé algunos árboles... es decir, nunca había hecho eso.
—Desesperación —dijo, mirando mis manos y su movimiento constante.
—Ahora siete, ese día ocho. Conseguí subir después de cortarme con una rama, y mi ropa se manchó de sangre. —Suspiré profundamente; necesitaba una pausa. Ella lo entendió y no me presionó para continuar, aunque quería hablarlo, contarlo, revivirlo porque no lo entendía—. Me senté en el suelo y miré los árboles.
—Miedo.
—Cuatro y cuatro.
—¿No sentiste miedo?
—Comencé a llorar cuando el sol me dio en el rostro. ¿Por qué lloraba? No tenía sentido que llorara por los rayos del sol... —Me interrumpió y comprendí—. El sol estaba caliente, y me gustaba, me gusta lo cálido. Fue entonces cuando quise llorar aún más; solté gritos y mi cuerpo dolía. Mi respiración se aceleró, y ella me mostró su palma. Me concentré en las líneas de su mano.
—Tristeza.
—Ocho y diez. —Respondí soltando unas lágrimas mientras ella me miraba asustada; nunca en mi vida había usado el número diez para nada—. Tenía algunas imágenes en mi cabeza cuando cerré los ojos por el dolor. Quería que mi mamá viniera por mí, pero estaba muy lejos.
